Tienen ganas de trabajar, desarrollan una habilidad especial con las manos y aprenden rápido su tarea, pero no encuentran un empleo fácilmente, sino al contrario. La mitad de los sordos que residen en la capital cacereña están en paro y cobran una pequeña pensión por minusvalía que no cubre sus gastos. Así lo revelan los datos de la Asociación de Personas Sordas, que reúne a 150 discapacitados auditivos y que este año cumple el 25 aniversario de su fundación.

Pero los problemas van más allá: los niños aprenden en colegios de integración donde prima el oralismo, y sufren cierto retraso. Por ello, la asociación pide un centro bilingüe que les permita desarrollarse plenamente en su lengua de signos. Más tarde, cuando son jóvenes, tampoco pueden presentarse a las oposiciones convocadas por las administraciones extremeñas. "No tenemos intérpretes ni textos adaptados a la lengua de signos. Nos cuesta entender párrafos largos en castellano porque no estamos acostumbramos a su estructura, a los tiempos verbales... Nuestra lengua es diferente y creo que tenemos el mismo derecho a que se nos facilite el acceso a la función pública", explica a través de una intérprete José Antonio Bermejo, presidente de la asociación cacereña de sordos.

La falta de estos profesionales también afecta a otros ámbitos de su vida, en realidad a muchos. "Los intérpretes nos acompañarían a las entrevistas de trabajo y nos harían más fácil el acceso inicial a un empleo. Después nos valemos solos, aprendemos rápido visualmente o por imitación", indica. Actualmente tienen una intérprete en la asociación, "pero es imposible que cubra todas las necesidades".

UNA AYUDA MUY BASICA En comunidades como Andalucía y Canarias se ha reconocido la lengua de signos y los sordos ya disponen de intérpretes "para ir al médico, al instituto, a la universidad o a cualquier organismo". Sin embargo, según el presidente, en Extremadura sólo hay profesionales de este tipo en los centros docentes "y generalmente hablan la lengua bimodal, muy básica, no la de signos, con la que nos sentimos más a gusto".

Los sordos que han encontrado un empleo trabajan en su mayoría en empresas privadas, muchos en la fábrica de cerámicas Waechtersbach, y otros en carpinterías o en tareas de limpieza. "Estamos acostumbrados a utilizar las manos continuamente, así es que somos buenos en este aspecto. Los empresarios que nos contratan se dan cuenta de que generalmente damos buenos resultados", explica.

El Ayuntamiento de Cáceres pondrá este año en marcha un curso pionero para enseñar la lengua de signos a sus funcionarios, y atender del mejor modo posible a los sordos que acuden a realizar algún trámite, en lugar de tener que esperar a que llegue un intérprete. También ha elaborado un proyecto para que la asociación pueda abrir una imprenta y crear empleo.