Carmen Heras aclaró ayer que en ningún momento había hablado con los propietarios de la sala Aldana y que la decisión de desistir en el proceso judicial abierto contra ellos por el equipo de Gobierno anterior, por desobedecer la orden municipal de no celebrar conciertos, responde a "un gesto de buena voluntad" que no tiene que ver con "favoritismos", como se ha criticado desde algunos sectores sociales.

"Si queremos remodelar y reorganizar este asunto, no podemos empezar con una denuncia en los tribunales contra un café-concierto. No sería empezar con buen pie, por eso esta señal de buena voluntad", declaró a este diario.

"NO HAY TRATO DE FAVOR" Preguntada sobre la posibilidad de que otros hosteleros entiendan el gesto como un trato de favor hacia el local, puesto que existen otros bares con sanciones administrativas en curso por los mismos motivos --El Corral de la Cigüeña o La Cuerda--, Heras matizó que, en ningún caso, la paralización del proceso judicial de Aldana suspende la sanción administrativa o económica que le correspondiera por la celebración de conciertos sin tener la licencia para ello. "No seguir con el proceso --puntualizó-- no supone condonarle la multa que se le hubiera impuesto".