Insultar al jefe puede suponer la pérdida del puesto de trabajo, como también los insultos y las faltas de respecto a los compañeros.

Recientemente este diario hacía pública una sentencia por la que el titular del Juzgado de lo Social 1 de Cáceres declaraba procedente el de un cacereño que, tras diez años como empleado de una gasolinera, era despedido tras enfrentarse con su jefe y llamarle "idiota" y "niñato". Ahora es la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura la que desestima el recurso interpuesto por otro trabajador despedido, en este caso por insultos graves y falta de respeto tanto a jefes como a otros compañeros, y confirma la sentencia en la que el Juzgado, en primera instancia, ya declaró su despido procedente.

A. S. B., trabajador de una empresa cárnica desde enero del año 2000, protagonizó a finales del pasado mes de febrero un altercado en la fábrica. El jefe de equipo le recriminó que abandonara su puesto de trabajo antes de lo debido y, según recoge la sentencia de la Sala del TSJEx, él le "golpeó en el pecho con el revés de la mano" al tiempo que le gritaba frases tales como "quién eres tú para venir a buscarme al vestuario" o "en esta empresa no hay más que hijos de puta".

Seguidamente, se añade en la sentencia, volvió a su puesto "dando patadas a las puertas" y gritando ofensas que se dirigieron "no solo a aquel compañero, sino a todos los demás" y, en especial, a una técnico sobre la que indicó "¿qué hace esta puta aquí un viernes por la tarde?" y al secretario del comité de empresa al que gritó "en esta empresa son unos cabrones".

La Sala resuelve que esta conducta de este trabajador "es sancionable con despido", y por ello desestima el recurso interpuesto por el afectado contra la sentencia del Juzgado, la cual confirma. Declara procedente su despido.