A eso de las.... Expresión que se usa en la ciudad feliz para quedar a una hora indefinida. En Cáceres no se queda a las cuatro ni a las cinco, sino a eso de las cuatro o a eso de las cinco , lo cual significa que se puede llegar a esa hora o 30 minutos después y no pasará nada porque en la ciudad feliz la prisa está desterrada, la puntualidad no es un valor, el agobio es una entelequia y la exactitud, una quimera, prefiriéndose siempre la indefinición y el relativismo del a eso como fórmula local hacia la parsimonia.

A ti, no, pero a tu padre, mucho. Expresión muy utilizada por las personas mayores de la ciudad feliz para celebrar que acaban de situar a su interlocutor más joven en el bosque de parentescos y relaciones cruzadas cacereñas. La frase es como un salvoconducto, significa que tras escarbar en tus orígenes, han descubierto tu filiación, has dejado de ser un extraño sospechoso para formar parte de la tribu y conseguir reconocimento y respeto.

La bandejina

Bandejina. Espacio central de la plaza Mayor de la ciudad feliz . Los concejales cacereños nunca han entendido la plaza Mayor, a pesar de reformarla y redecorarla en múltiples ocasiones. Para ellos, la bandejina ha sido su juguete favorito a lo largo de la historia. La bandeja central se colocó por primera vez en 1842. En 1931, se eliminó. En 1937, se modernizó con palmeras, jardín, empedrado artístico y farolas. En 1969, se volvió a quitar y en 2003 se volvió a poner, aunque desde entonces, por su ridiculez urbanística recibe el popular nombre de bandejina.

Botellón. Palabra aportada por la ciudad feliz a la nueva edición en ciernes del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Según diferentes historiadores de lo cotidiano y especialistas en farras y orgías, la palabra botellón aparece por primera vez en Cáceres en el año 1982, más exactamente en el parque del Príncipe, y se utiliza para denominar una nueva botella de litro que ese año lanzó al mercado la marca segoviana de whisky Dyc. Inmediatamente, siguiendo el esquema lógico pars pro toto o totum pro parte , se creó una sinécdoque y el botellón pasó a significar fiesta donde se consumen botellas de Dyc de litro. Con el paso del tiempo, todas las fiestas callejeras en torno al alcohol fueron denominadas botellón. En esos años triunfales de la movida, en la ciudad feliz se popularizaron otros términos muy familiares en Cáceres como las pistolas de vino (botellas de Mirinda de litro cargadas de tinto peleón) y los genioles del bar La Chicha (botes de champú Geniol rellenos de Revoltosa Cola mezclada con morapio). También triunfaron los sansones del mesón Extremeño, que fueron las primeras macetas de cerveza que se vieron y que extendieron el sansón por el resto de España: los reclutas y los estudiantes solicitaban sansones en los bares de Cádiz o Alicante creyendo que se trataba de una medida universal.

Caer. Verbo intransitivo con frecuente uso pronominal que significa que un cuerpo se mueve de arriba abajo por su propio peso. Sin embargo, en la ciudad feliz se acostumbra a usar como transitivo en lugar del verbo tirar. Es decir, se utiliza caer para dar a entender que un cuerpo se mueve de arriba abajo no por la acción de su propio peso, sino por la acción intencionada de un sujeto activo. En Cáceres, por lo tanto, no se dice el correcto: "¡Cuidado!, vas a tirar el jarrón", sino el incorrecto, pero más familiar: "¡Cuidado!, vas a caer el jarrón".

Calzonas. Peculiar manera que tienen los cacereños de referirse a los pantalones cortos. En el diccionario de la Academia, la calzona es una prenda protectora que usan vaqueros y picadores taurinos y el calzón, un calzoncillo o un remedo de la braga femenina. En la ciudad feliz , sin embargo, es cualquier pantalón corto, lo que provoca embarazosas situaciones cuando la expresión se emplea lejos de Extremadura.