La Audiencia Provincial de Cáceres ha condenado a diez años de prisión al feriante de Coria que en enero de 2016 mató a su empleado con un cuchillo jamonero por un delito de homicidio, como solicitó la Fiscalía y la defensa en el juicio celebrado a principios de mes.

La sentencia, contra la que cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia (TSJEx), también le impone el pago de una indemnización de 48.000 euros a la hermana del fallecido.

El tribunal considera probado que el día 20 de enero de 2016, sobre las 9 de la mañana, el empleado acudió a la caravana que ocupaba el ahora condenado, para comunicarle que no iba a continuar trabajando con él y que le abonase la última cantidad que le debía.

Ello derivó en una discusión, a la que siguió un leve forcejeo en el transcurso del cual, el feriante cogió un cuchillo "para acabar con la vida" del empleado, a quien le asestó una cuchillada, que afectó al pulmón y llegó al corazón, produciéndole la muerte inmediata.

Después de ocurrir los hechos, el agresor se quitó el pijama manchado de sangre, lo introdujo en la lavadora, y se desplazó a Talavera de la Reina, donde residían sus hermanas, a las que confesó que había tenido un altercado con su empleado y que este había muerto.

Las hermanas se dirigieron al cuartel de la Guardia Civil para comunicar que en la caravana de su hermano, situada en Coria, probablemente había un cadáver, hecho que corroboraron los agentes cuando accedieron a la misma.

Posteriormente, el feriante acudió de forma voluntaria al cuartel.

El cadáver del empleado presentaba un orificio de entrada de arma blanca de unos 13 centímetros de perforación, que afectó al pulmón y corazón provocándole la consiguiente hemorragia aguda y parada cardiorrespiratoria de forma inmediata.

En el juicio el feriante declaró que "fue un desgraciado accidente" y que en el forcejeo de la pelea la víctima "cayó al suelo sobre el cuchillo" que había cogido.

"Son desgracias que pasan, ahora mismo me cambiaría por él porque para mí era como un hijo", declaró el acusado ante el jurado, compuesto por seis hombres y tres mujeres, en la vista celebrada los días 11 y 12 de septiembre en la Audiencia Provincial de Cáceres.

El Ministerio Fiscal pedía 12,6 años de prisión y el pago de una indemnización por daños morales a la hermana de la víctima de 47.931 euros.

La acusación particular, ejercida por el letrado Ángel Luis Aparicio, mantuvo que se trata de un asesinato al haber "alevosía súbita" puesto que el forcejeo fue "leve", algo que ha dicho que recoge el Tribunal Supremo.

Por ello, pedía que se le impusiese una pena de 18 años de prisión y el pago de una indemnización de 200.000 euros y en caso de ser tratado como homicidio, la pena de 14 años de cárcel.

La defensa, ejercida por el abogado Antonio Fernández, apuntó que su patrocinado no tiene antecedentes penales y ha solicitado que se tengan en cuenta los atenuantes de confesión y de legítima defensa y que la pena sea, por tanto, de 6 años.