Hace años se hizo famosa una campaña que tenía por lema Dígaselo con flores . Además de un excelente eslogan publicitario que debió reportar pingües beneficios a las floristerías, era un canto a la naturaleza. En nuestra ciudad algunos han entendido que ya está bien de mariconadas y que es mejor saludar al personal con cemento que con flores. Una constructora ha talado varios arces y olmos que alegraban en la calle Maluquer. No sabemos a quien podrían molestar, ni si era necesario acabar con ellos para hacer una puerta de garaje. Quizás no exista ninguna razón económica y haya bastado un "qué más da". Ya estamos cansados de pasear por calles y plazas rodeados de cemento. Ya nos hicieron bastante daño al derribar las casitas de dicha calle para levantar moles de cemento en una operación discutible.

El ayuntamiento ha reaccionado tarde, pues de lo contrario solamente hubieran podido cortar uno o dos arbolitos. Y ahora vienen las disculpas. No creo que tuvieran permiso de nadie ligado a parques y jardines, como alega la empresa, porque si lo tuvieran sería muy grave.

El desaguisado no se arregla con una multa. Las transgresiones urbanísticas son rentables pese a las multas, de manera que debería ser muy alta para evitar desastres similares en el futuro. Quizás lo hayan hecho para que los jóvenes en lugar de saludar a su amor con flores, que ya se sabe lo caras que son, lo saluden con un piso, que está al alcance de cualquiera.