La Diócesis de Coria-Cáceres mostró ayer su «profunda consternación y dolor» por la condena al párroco de Arroyomolinos por exhibicionismo y abuso sexual a un menor. El obispado, a través de un comunicado, ha querido mostrar además su «máxima solidaridad con la víctima» y señala que mantiene, como viene haciendo desde el momento de la detención, su completa disposición a colaborar con la justicia en lo que sea necesario y en las formas que esta estime oportunas. Asimismo recuerda que Juan Carlos Montañés, como se llama el sacerdote, permanece apartado del ejercicio de su ministerio sacerdotal, decisión que se tomó el 9 de abril del año 2016, un día después de que fuera detenido por la Policía Nacional. Y añade que el obispado seguirá cumpliendo escrupulosamente el protocolo de la Santa Sede para estos casos. El párroco ejercía en ese momento de titular en la parroquia de Arroyomolinos pero antes había estado también en la capital cacereña.