No ha habido ningún tipo de maltrato». Así de contundente se mostró ayer el abogado que defiende a la directora del colegio San Francisco de Cáceres, denunciada por un presunto delito continuado de malos tratos físicos y psíquicos, vejaciones y amenazas veladas contra una menor que sufre Trastorno del Espectro Autista (TEA). La docente, suspendida cautelarmente de sus funciones, negó ayer en su primera declaración ante el Juzgado de Instrucción número 7 de Cáceres que haya existido ningún tipo de agresión. Durante su comparecencia de una hora aproximada ante la jueza, agregó que no se le había informado del trastorno de la niña, ni tampoco se le había comunicado el protocolo de actuación ante las situaciones que pudieran derivarse de su diversidad.

La denuncia fue interpuesta por Ana Belén Salas, la madre de la menor de 13 años y a su vez presidenta de la Asociación de Familias de Personas con TEA (AFTEA) de Cáceres. Lo hizo después de ocultar en la mochila de la niña un pendrive espía (grabadora), tras ver en los medios de comunicación un caso similar en Getafe. La madre y su abogado aseguran que estos audios muestran un maltrato «habitual» por parte de la directora, que la niña sufría «tirones de pelo» y presentaba «moratones procedentes de pellizcos», y que fue sometida a vejaciones tales como «eres peor que la niña del exorcista» o «ahora sí te he pegado porque me pones nerviosa».

La directora declaró ayer ante la jueza que reconoce su voz en las grabaciones, pero que han sido descontextualizadas, que esos audios no se refieren a agresiones físicas ni verbales. Agregó, según las declaraciones del abogado de la acusación, que actuó sin ningún tipo de experiencia ni preparación, alegando que nadie les ha dado formación ni les ha explicado cómo se deben afrontar ciertas circunstancias derivadas de la situación de la niña, ni cómo ha de seguirse el protocolo de actuación. De hecho, la directora reiteró que ni siquiera conocía el trastorno de la alumna, que lleva 6 cursos en un aula abierta a la discapacidad en el colegio público San Francisco, una afirmación «sorprendente e inaudita» para la acusación, que entiende que la docente está derivando la responsabilidad a la Consejería de Educación de la Junta de Extremadura.

La acusación considera que todo obedece a una argucia defensiva y ayer quiso dejar claro que este asunto es individual. «Nosotros no vamos contra un colectivo docente ni entramos en otros problemas, nosotros hemos emitido una denuncia contra unos hechos que presuntamente revisten carácter de criminalidad», subrayó Ángel Luis Aparicio, el letrado contratado por la madre. Y ello tras la manifestación que algunos profesores y padres secundaron el miércoles en apoyo a la directora, que finalizó ante el juzgado.

Por otra parte, la acusación destacó ayer el hecho de que, en los tres días recogidos en las grabaciones, dos de ellos estuviera la directora en el aula cuando no tenía por qué hacerlo, y fue cuando presuntamente ocurrieron los hechos. «La madre ya conocía que existía un problema, por eso metió el pendrive en la mochila», relató el letrado.

En este sentido, el primero en prestar declaración por este caso ha sido un perito especialista en autismo, que lo hizo hace unos días. La acusación desveló ayer que este profesional ya detectó un supuesto problema en el centro y además aconsejó a la madre tanto en agosto como en noviembre de 2017 que sacara a la niña, «porque no estaban capacitados y veía un problema de disrupción de la alumna», indicó el letrado.

El abogado de la defensa, José María Expósito, se limitó a subrayar ayer la inexistencia de malos tratos, y expresó su intención de «no entrar en este circo mediático que está buscando la denunciante, ni contribuir a procesos paralelos, por respeto al juzgado que está tratando de esclarecer los hechos». «Vamos a poner un poco de cordura en un tema tan sensible, tan delicado», agregó el letrado. «Sinceramente, no procede mezclar asuntos que no son objeto de la investigación», concluyó.