Ocurrió en la calle y a plena luz del día. Una persona, que aún no ha sido localizada, disparó con una escopeta de balines a dos gatos, que presentan heridas en la cabeza. A uno de ellos el balín le atravesó el tabique nasal y le llegó hasta el ojo, con el peligro de quedarse ciego.

El suceso, que ya ha sido denunciado a la Guardia Civil, tuvo lugar en la zona de Adarve del Cristo, sin que por el momento se haya localizado a los culpables. Ningún vecino escuchó nada, según explica el dueño de los dos gatos, Alberto de Felipe. «Creíamos que lo habían matado cuando le vimos la cabeza ensangrentada. Era como un hijo pequeño indefenso. Todavía estoy en estado de shock», dice de Felipe.

Sus animales suelen estar en el patio de su casa pero, tras el suceso, ha tomado la decisión de encarcelarlos por miedo a que esto vuelva a ocurrir. «Aunque sea un arma de aire comprimido es peligroso porque se está utilizando en la vía pública, los balines le han podido dar a cualquier persona que pasara por la calle», añade el propietario de los gatos. Dice que siente «vergüenza y rabia por pertenecer a una raza en la que algunos de sus miembros son capaces de hacer daño a un ser vivo».

Este hecho está considerado maltrato animal, que puede ser castigado con penas que van de tres meses a dos años de prisión. Según el código penal, será castigado al que maltrate injustificadamente, causándole lesiones graves para su salud, a un animal doméstico o que viva bajo control humano.

Tras comentar su caso, han salido a la luz otros de muertes de gatos en la zona por envenenamientos. «Caen fulminados», indica Raquel Moreno, de la Plataforma Defensa Animal Extremeña. De momento desconocen de qué sustancia se trata pero asegura que casi a diario se encuentran a algún animal fallecido en este lugar. Han pedido que se abra una investigación para frenarlo.