Esta práctica se repite en numerosos puntos de la ciudad, pero es especialmente peligrosa en algunas zonas, por ejemplo a la altura de la parada del bus de la calle Colombia, y en la curva donde se encuentra el busto de Llopis Ivorra. También resulta arriesgada en la salida de la calle Juan Luis Cordero a Reyes Huertas (los vehículos permanecen estacionados demasiado tiempo y dificultan la maniobra), en Cuauhtemoc ("un caos en su totalidad"), en la unión entre Antonio Hurtado y Teide (sólo queda un carril), en Médico Sorapán (obliga a los conductores a hacer un continuo zig-zag), y en la calle Viena (provoca bastantes atascos).