Mikel tiene unos 11 años, vive en Pamplona, se levanta a las ocho de la mañana y desayuna leche con cereales. Luis Miguel tiene su misma edad pero vive en Bolivia, se levanta a las 6 y desayuna sólo té después de hacer la comida y limpiar la casa porque sus padres se han ido a las 5 de la mañana a trabajar.

Las vidas de Mikel y Luis Miguel tienen poco o nada en común. No sólo las separa la distancia que hay entre Pamplona y algún lugar de Bolivia, sino las diferencias económicas de un país rico y un país pobre. La comparación de los hábitos diarios de los dos niños ilustra uno de los doce paneles que componen la exposición Mundo solidario en el colegio Francisco de Sande, incluida en la programación de la Semana del Comercio Justo organizada por Cáritas.

Tomar conciencia

Cada panel es una lección de cómo hacer que la cesta de compra sea solidaria y justa, y de cómo tomar conciencia del profundo desequilibrio del planeta con una actitud más crítica hacia el comercio y algunas multinacionales, entre ellas Nestlé y McDonald´s.

Como muestra, algunas reflexiones: "El 20% de la población mundial consume el 80% de los recursos del planeta" o "más de 1.200 millones de personas viven con menos de un euro al día". También se recuerda que el 50% de la población mundial son mujeres, pero éstas soportan el 70% del trabajo y sólo reciben el 10% de los ingresos, o la escalofriante cifra de 2 millones de niñas que son vendidas y compradas al año como esclavas sexuales.

Si Luis Miguel, el pequeño boliviano, fuera niña, su vida sería aún más difícil. Aún así, mientras Mikel, el navarro, vivirá hasta los 75 años, Luis Miguel no superará los 60. A las siete de la tarde de un día cualquiera, Mikel irá a kárate o a música y Luis Miguel saldrá a la calle a vender dulces para ayudar a la economía familiar.