Los trabajadores del hogar infantil Julián Murillo imputados por presuntos malos tratos habituales a los menores comenzaron ayer a prestar declaración ante el titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1, Federico Alba, que instruye el caso tras la denuncia formulada por la Fiscalía.

Ayer declararon las primeras dos educadoras del centro denunciadas. Comparecieron ante el juez alrededor de media hora cada una, tiempo en el que defendieron su inocencia negando los hechos que se le imputan: desde maltrato psicológico hasta agresiones leves consistentes en bofetadas, empujones, zarandeos o apretones de extremidades, según confirmaron ayer a este diario fuentes judiciales.

La próxima semana declararán otros dos denunciados y el 9 de diciembre está previsto que concluyan las comparecencias. En principio hay seis imputados, cuatro mujeres y dos hombres, todos ellos trabajadores dependientes de la diputación --otra parte de la plantilla está integrada por personal de la Junta--.

Sin embargo, es posible que se amplíe a uno más, o sea siete en total, ya que el fiscal confía en subsanar un error en este sentido. Los hechos que se denuncian se atribuyen a 7 trabajadores, pero solo se ha citado para declarar como imputados a seis de ellos. La intención de la Fiscalía es que se convoque también al séptimo.

Este caso salió a la luz pública este verano tras la denuncia interna de dos trabajadores de la Junta contra compañeros de la diputación por supuestos malos tratos a los niños acogidos en el centro de menores. La Junta trasladó la denuncia a la Fiscalía que, tras tomar declaración a los denunciantes, decidió traspasarla asimismo al juzgado para que se investigue y se esclarezca si ha habido o no malos tratos.