La policía ha detenido en la madrileña plaza de las Descalzas a dos ciudadanas rumanas que presuntamente pertenecían a una banda que se dedicaba a robar, clonar y falsificar tarjetas de crédito en Cáceres para posteriormente utilizarlas en Madrid. Con este procedimiento realizaron 48 golpes. El Cuerpo Nacional de Policía no ha aclarado si las detenciones están relacionadas con la banda que en febrero pasado se apropió de al menos 70.000 euros de 70 ciudadanos cacereños a través de la clonación de tarjetas de crédito, o si se trata de un caso distinto.

Las detenidas, Irina Iuliana G., de 22 años, y Aura M., de 29, ambas con antecedentes, formaban parte de un grupo organizado en el que su labor era robar en los cajeros automáticos tarjetas de crédito y débito así como los números pin de éstas para ser utilizados antes de que su titular denunciara la sustracción. En otras ocasiones, asegura la policía, el grupo copiaba los datos de las bandas magnéticas de las tarjetas para volcarlos en otras vírgenes y poder utilizarlas en diferentes establecimientos.

ALTA TECNOLOGIA El método que usaban consistía en instalar en los cajeros automáticos dispositivos mixtos de cámaras y lectores de bandas magnéticas, perfectamente camuflados, o disimulados con los propios del cajero con el objetivo de obtener los datos alfanuméricos de las tarjetas y sus pin .

Otro sistema que utilizaban era el de robar tarjetas de crédito utilizando el método siembra , es decir, distraían, a través de un tercer individuo, a la persona que se encontrara en el cajero automático para sacar dinero.

Una vez distraída la persona, las detenidas en ocasiones sustraían la tarjeta y la sustituían por otra que previamente había sido robada a otra persona; en otras, utilizaban un lector manual para leer los datos de la tarjeta en ese mismo momento y la volvían a colocar en el cajero, sin que la víctima se diera cuenta.

Una vez obtenidos los datos de las bandas magnéticas, éstos eran volcados en tarjetas vírgenes, previamente serigrafiadas, numeradas y nominadas, de forma ficticia, asociadas a documentaciones propias del titular, también muchas veces falsificadas, asegura la policía.

A partir de ese instante, y una vez obtenido el pin , la banda utilizaba las tarjetas en los cajeros para sacar hasta el límite de dinero de la tarjeta o hasta que el titular de ésta o el banco sospecharan del uso fraudulento. En el caso de que no dispusieran del pin , los miembros de la banda realizaban compras masivas en establecimientos comerciales.