En el barrio de Antonio Canales no están para fiestas. En marzo comenzó la reforma de su sede vecinal con el Fondo de Inversión Local (Plan E) para la que se destinó 50.000 euros y todavía hoy no está terminada. "Nos dieron cinco días para desalojar la sede porque iba a comenzar una obra que en principio duraría dos meses", recuerda el presidente de la asociación de vecinos, Juan Meneses. A Meneses ya le pesan los días transcurridos sin ningún movimiento por parte del ayuntamiento. "Tenemos todas las cosas en los garajes que nos prestan dos particulares y es necesario que podamos meterlas en la sede y no molestar a nadie", declara Meneses.

Además agregó que el ayuntamiento no le ha justificado la paralización de la obra y que solo les queda esperar a que se rotome el próximo 17 de agosto, como le hizo saber el equipo de la empresa constructora adjudicataria de la reforma. La asociación, mientras tanto, sigue pagando los recibos de luz, agua y basura. "Cada mes pagamos más de 200 euros y no estamos utilizando el local", se queja Meneses. Aunque el motivo de la paralización de la obra en el mes de julio se ha hecho esperar, ayer el alcalde en funciones, Cipriano Madejón, hacía un balance sobre las actuaciones del Plan E y explicaba que se produjo por "problemas técnicos" que ya no serán un obstáculo para reiniciar la obra la próxima semana.

A pesar de que este año los vecinos del barrio no han podido realizar con normalidad sus tradicionales fiestas, Meneses explicó que los niños no se han visto perjudicados. Del 27 al 31 de julio se realizaron juegos infantiles en la plaza Antonio Canales y se pudieron disputar partidos de fútbol sala en las pistas de la calle Batalla del Salado. En ausencia de un lugar donde reunirse, los vecinos deberán esperar unos días para comenzar a desarrollar con normalidad sus actividades y todo un año para tener unas fiestas, en las que ya se podrá incluir sus populares verbenas.