La sequía que asuela este año la península ha afectado notablemente al abastecimiento de agua a la ciudad. Tal es así, que en lo que va de año se ha tenido que interrumpir en dos ocasiones el trasvase del Almonte al Guadiloba, en marzo y en septiembre, por la disminución del caudal del Almonte que afecta al funcionamiento de las tomas de agua.

La situación de esta primavera obligó incluso a realizar una campaña de concienciación ciudadana para instar al ahorro de agua en los hogares cacereños ante el peligro, anunciado por el propio alcalde en junio, de realizar restricciones a corto plazo. Lo que de momento no ha ocurrido.