San Jorge volvió a vencer anoche al dragón, que ardió en llamas ante la multitud de cacereños que divisaban expectantes el reflejo de lo que vivió su ciudad hace ocho siglos (1229). Como no podía ser de otra manera, el caballero San Jorge demostró su valía y su fuerza y reconquistó una vez más la ciudad en una noche mágica en la que se entremezclan la historia y la leyenda de Cáceres.

El tiempo acompañó con creces al desfile previo, que volvió a realizar el trayecto de hace dos años. Con la temperatura típica de una noche de verano, moros, cristianos y dragón salieron pasadas las 21 horas del pabellón multiusos Ciudad de Cáceres y recorrieron la localidad por la avenida de Moctezuma, la calle Sánchez Manzano, la avenida Antonio Hurtado y la plaza de América hasta llegar al paseo de Cánovas; para bajar por la calle San Antón, San Pedro y la plaza de San Juan y terminar por fin en la plaza Mayor, el escenario de la quema.

Niños, padres y participantes de todas las edades disfrutaron de un pasacalles muy vistoso en el que no faltó la animación al ritmo de la música y zancudos, bailarinas, caballos, caballeros, príncipes y princesas dieron, a su paso, un aire de dinamismo a las calles cacereñas.

En la plaza Mayor, engalanada con las banderolas habituales de San Jorge, los cacereños se arremolinaban y los padres cogían a hombros a sus hijos, que esperaban muy ansiosos la llegada del dragón más grande de la historia de Cáceres. Un monstruo, creado por el artista Eladio Avila, de 28 metros de longitud (el del año pasado medía 17) formado por tres partes --cada una era un dragón independiente con su propia cabeza-- y pintado con colores intensos, pero condenado a morir en el fuego que para los cacereños representa las llamas que envolvieron la ciudad cuando fue tomada por las tropas del rey Alfonso IX de León.

Pero antes de enterrar al monstruo los personajes del desfile llevaron a cabo una representación en la que la princesa musulmana Mansaborá se disculpó ante la ciudad por haberla traicionado entregando las llaves de la misma a su amado cristiano, al que pidió que venciera al dragón para demostrarle su amor verdadero. Y así fue, el dragón ardió en llamas pasadas las once de la noche.

La noche de ayer la ciudad de Cáceres cambió de color y se convirtió en escenario de multitud de actividades. Las fachadas de los edificios se apagaron y dejaron paso a un gran espectáculo de luz y sonido que acompañó a la quema del dragón. Hoy y mañana, además, habrá proyecciones que continuarán en la plaza de San Jorge, San Mateo, la fachada de San Pablo, en la torre de las cigüeñas y en el palacio de las Cigüeñas.

Pero no fue todo, para abrir boca mientras se esperaba al dragón, en la plaza de San Mateo y en la de Las Veletas, el restaurante El Racó de Sanguino colocó dos barras en las que los ciudadanos pudieron disfrutar, y podrán hacerlo hoy durante todo el día, de una buena tapa y una cerveza o un vino.

La tradición por San Jorge continúa año tras año, algo que se reflejó en las numerosas hogueras paralelas a la quema del dragón que los niños prepararon por muchos rincones de la ciudad, todos quisieron, de alguna manera, formar parte de esta noche, sin duda, mágica para la ciudad.

Fue una velada en la que todos disfrutaron de su gran día y en la que quedó reflejado que Cáceres también tiene su San Jorge , un San Jorge muy popular que está a la altura del de otras localidades españolas.