Muy caro le ha salido a una joven tomar represalias contra su casera por echarla. En lugar de simplemente aceptar e irse, J. D. G. decidió que se marcharía, pero no sin antes dejar en la casa un regalo no deseado e inadecuado, unas pintadas por las que ahora el titular del Juzgado de lo Penal la ha declarado responsable de un delito de daños y condenado a pagar una multa de 2.432 euros.

No llevada ni un mes en la vivienda de la avenida Isabel de Moctezuma, donde en agosto del 2007 había alquilado una habitación, cuando la propietaria la invitó a marcharse "dada las constantes diferencias con su hija", que también vivía en el piso.

"Como quiera que la habían invitado a abandonar la vivienda", señala el juez en su sentencia, J. D. G. "decidió marcharse, pero no sin antes, de forma intencionada y empleando pintura negra, dibujar líneas, ojos... sobre paredes, mueblas, puertas e incluso fotografías", tanto de la habitación que ella había ocupado como la de la hija de la propietaria, "causando daños cuya reparación fue presupuestada en 761,47 euros".

Por estos hechos el juez declara a J. D. G. responsable de un delito de daños por el que la impone una pena de 10 meses de multa con cuota diaria de ocho euros (2.432 euros); así como la obligación de indemnizar a la propietaria de la vivienda en la cantidad de 761,47 euros que supuso la reparación de los daños, más los intereses legales.