El ‘boom’ de los apartamentos turísticos es imparable. Más de dos millones de viajeros internacionales han llegado a España en los cinco primeros meses del año para ocupar este tipo de alojamientos, que también se han convertido en una alternativa muy resuelta para el bolsillo de los turistas españoles. Solo en junio, Cáceres ha sumado casi 6.000 pernoctaciones en apartamentos según el Instituto Nacional de Estadística. Un vistazo a las plataformas de búsqueda por internet permite elegir entre un centenar de ofertas en la capital cacereña, a las que habrá que sumar otro medio centenar que se encuentran en trámites o en obras.

Porque los apartamentos turísticos ya se construyen por bloques, de arriba abajo. En 2006 no había ninguno y ese año abrieron la Casa Pintada y Apartamentos Cáceres. Durante la crisis, propietarios de segundas viviendas en el casco viejo fueron adaptándolas para sacarles provecho alojando a turistas. Ahora se habilitan edificios completos. Es el caso de los dos inmuebles que ocupan los números 26 y 28 de la céntrica calle Parras. La empresa Hurdes 2000 los está rehabilitando a fondo para abrir siete apartamentos, algunos dúplex y hasta de 3 habitaciones. «Estudiamos la posibilidad de levantar un hotel, pero vimos mucho más viables los apartamentos», subrayan desde esta firma con sede en Pinofranqueado.

Otra ubicación estratégica, la plaza de la Concepción, pondrá en el mercado 18 apartamentos tras la rehabilitación de una gran casa decimonónica de tres alturas. Será el mayor edificio de apartamentos de la ciudad «y ello ofrece varias ventajas: podrán alojarse grupos de amigos, autobuses completos...», explica Alfonso Abreu, responsable de la empresa que acomete el proyecto.

En Caleros, la casa centenaria de Doña Marina se está transformando en nueve apartamentos. En Pizarro se ha adquirido otro inmueble completo con la intención de crear seis más, y también en Pintores y Zurbarán hay proyectos. Incluso los propietarios de Atrio Relais & Châteaux han puesto en manos del estudio de arquitectos Tuñón y Albornoz la rehabilitación de la casa palacio de los Paredes Saavedra (construida en los siglos XIV-XVI), comprada meses atrás, donde habilitarán ocho apartamentos tipo suite de lujo.

La Casa Pintada fue el primer apartamento que se abrió en Cáceres hace once años. Tiene cuatro alojamientos en Canterías, Godoy, Margallo y San Justo, y próximamente abrirá otros dos también en Godoy, junto a Santiago. «Cáceres está experimentando un aumento general de todo tipo de turismo: cultural, internacional, de la propia comunidad... Cada vez más viajeros se alojan en la ciudad para desplazarse a los distintos lugares de interés de Extremadura, pueden permanecer hasta una semana. Antes nos costaba mucho superar las estancias cortas, como mucho dos o tres noches», explica Alberto Barras, administrador de la Casa Pintada.

EXPERIENCIA MÁS DIRECTA / Este tipo de turismo, que busca experiencias más directas durante sus viajes, encuentra una oferta ideal en los apartamentos: ofrecen mayor libertad y autonomía, disponen de todos los servicios de una casa, y son espacios generalmente coquetos. Sin olvidar los precios: entre 40 y 50 euros la noche (los más caros suben a 80). «Al principio éramos un mercado nuevo, poco conocido, pero el concepto ha ido calando. En 2016 abrieron muchos en Cáceres y 2017 ha sido como una explosión», señala Alberto Barras.

OJO A LA SATURACIÓN / Es cierto que el sector puede saturarse. Ya está ocurriendo en otras comunidades donde el número de alojamientos supera lo sostenible (Baleares, Cataluña...). Pero Cáceres juega con ventaja, o mejor dicho con retraso: «Vista la situación de esas zonas, esperamos que la Administración impida que se llegue al límite, que se cruce un tope», señalan desde la Casa Pintada.

El problema no son los negocios que cumplen con todos los requisitos. En Cáceres, apenas llegan al medio centenar los que están dados de alta en el registro de la Junta. El problema viene de los ilegales, de los que no pagan IVA, ni entregan facturas, ni cumplen con las normas de seguridad, ni tienen seguros de responsabilidad civil, ni sistemas de calidad, ni obligaciones tributarias, ni controles, ni hojas de reclamaciones... «No solo pueden bajar los precios hasta límites imposibles para los que tratamos de trabajar con corrección, sino que tiran por tierra la calidad y la imagen que pretendemos transmitir como sector y como ciudad», lamenta Alberto Barras. De hecho, en las webs aparecen más apartamentos que los oficialmente registrados en Cáceres.

Por ello, los propietarios ‘legales’ están creando una asociación que dé cobertura a las necesidades del sector y que lo defienda del intrusismo. Ya tienen los estatutos en elaboración y necesitan un impulso final. También solicitan a la Junta de Extremadura que les ayude en este camino con una mayor regulación desde la Dirección General de Turismo, que ya desarrolla actuaciones al respecto. Necesitan una legislación que les ampare, un estándar básico, una especie de sello de calidad que distinga a los que hacen las cosas bien.

Los propietarios también solicitan mayor regulación de las categorías (1 -3 llaves), así como su revisión periódica para salvaguardar la calidad del sector. «Hemos estado olvidados durante años por nuestro menor peso en el mercado turístico. Tenemos que recuperar terreno porque los apartamentos crecen y sobrevienen unos problemas que necesitamos regular», concluye Alberto Barras.