Son los nuevos vecinos del barrio. La familia Pitarch se trasladará en mayo próximo al palacio situado en el número 5 de la calle Ancha. Las obras duran ya cinco años y han costado más de 300.000 euros (50 millones de pesetas) para hacer una rehabilitación total del edificio. "Vivir aquí es un privilegio", admite sin dudarlo Eduardo Pitarch, de 58 años y empresario del sector eléctrico, quien recuerda cómo surgió la idea de comprar un palacio: "Nunca lo busqué, pero me lo ofrecieron y decidí invertir", recuerda. Todo será distinto para los Pitarch cuando se produzca el traslado a la parte antigua.

De un cómodo piso en la avenida Virgen de Guadalupe pasarán a un palacio con 23 estancias y 9 cuartos de baño, que ha superado los 300.000 euros (50 millones de pesetas): "Estamos a dos minutos de San Juan y en un entorno maravilloso", señala, aunque dice que uno de los principales inconvenientes de la zona es la falta de aparcamientos. Pero, por encima de todo ello, Eduardo Pitarch sostiene que vivir en un palacio de la parte antigua "es contribuir a mantenerla como cacereño".