Parece que el nuevo centro de educación especial Proa comienza a ver la luz, después de que la consejería de Educación anunciara que se encargaría de financiarlo al margen de los desencuentros políticos. Proa es el único colegio de educación especial en la provincia.

Y es que el colegio se quedó fuera del Plan General Municipal (PGM) de urbanismo por los desacuerdos del Partido Popular, que pedían que se construyera uno nuevo pero en la barriada de Nuevo Cáceres, como solicitan los padres. Si hubiera entrado en el plan general, Caja Extremadura habría sufragado el traslado del centro a la calle Río Tinto --en el poblado minero--, tal y como quería la entidad bancaria. Además habría cedido dos terceras partes del terreno en el que actualmente se encuentra el centro al ayuntamiento y en la otra parte habría construido viviendas, con cuyo beneficio hubiera sufragado los gastos.

Con el anuncio de la Junta no todo parece haber terminado. Ahora falta hacer frente a los padres de los alumnos. Ellos, hartos de esperar -llevan haciéndolo desde 2005-- no están dispuestos a que el centro vuelva a levantarse en el entorno de Aldea Moret. En numerosas ocasiones han denunciado la situación del centro porque a su juicio los discapacitados tienen que integrarse en la sociedad y eso se consigue, dicen, "con un centro escolar enclavado en el corazón de la ciudad y no en un solar aislado y carente de servicios; es un acto de segregación no tolerable, los discapacitados no deben ser ocultados y recluidos en edificios de las periferias urbanas". La polémica sigue aún servida.

Queda en el aire todavía el futuro del solar del actual colegio y el uso que Caja Extremadura pudiera darle. A no ser que la consejería de Educación decidiera dejar el centro en el mismo terreno y reformarlo íntegramente, opción que hoy no se baraja por la complejidad de la obra.