El nombramiento del Cimov como hermano de honor de la Cofradía de la Montaña reunió ayer al ´número dos´ del Ejército de Tierra, el teniente general Virgilio Sañudo, y al presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara. Ambos coincidían en Cáceres una semana después de iniciarse el desarrollo del acuerdo que debe garantizar la permanencia de la base de Santa Ana. Ese trabajo se ha iniciado sin aclarar el futuro uso de la base, una cuestión a la que no se refirieron ni Fernández Vara ni Sañudo, quienes con su presencia de ayer acompañaban a los responsables de la base y de la cofradía en un acto con numerosas alusiones a la relación entre Cáceres y la presencia militar en la ciudad. Pero a excepción de los discursos pronunciados, no hubo más declaraciones. Vara, primero, y Sañudo, después, declinaron realizarlas.

El protocolo firmado hace un año, pero que se ha empezado a concretar hace una semana, establece que en Cáceres se establecerá un regimiento de ingenieros, no marca plazos, salvo el año prorrogable para la firma del convenio que lo tiene que desarrollar. El problema es que solo días después de su firma, la previsión de que en la ciudad se establecería un regimiento de ingenieros desapareció, tras una orden ministerial del último 8 de diciembre, del plan de despliegue de las Fuerzas Armadas.

El protocolo vincula al Ministerio de Defensa, a la Junta y al ayuntamiento. Las prioridades y necesidades del despliegue de las fuerzas terrestres es decisión del Ejército. Pero Sañudo, en un acto significativo sobre la vinculación del Ejército y la ciudad, no realizó ninguna declaración ni sobre fechas ni unidades que podrían dar contenido a la base si, como establece el protocolo, finalmente se amplía.

El acto no era solo militar, se organizaba además en el santuario de la Montaña, por lo que Sañudo se limitó, como responsable de las fuerzas terrestres, a respaldar con su presencia al Cimov. El teniente general podría volver a Cáceres en unas semanas, probablemente a finales del invierno, para un acto castrense.

Vara sí habló, pero se ciñó al discurso que leyó durante el acto oficial del nombramiento. El presidente de la Junta recordó que el Cimov es una institución "vinculada a Cáceres" y apuntó que con el acto celebrado ayer está "todavía más unida a Cáceres y los cacereños". También aludió a la próxima participación de tropas con sede en la base de Botoa en la misión que el Ejército español desarrolla en Líbano.

Antes de Fernández Vara tomaron la palabra el mayordomo de la cofradía, Joaquín Floriano, que desglosó acontencimientos y actos que vinculan a las unidades que han tenido su sede en la ciudad con la cofradía, y el coronel jefe del Cimov, Miguel Angel Gómez de Agüero, que destacó la satisfacción en el Cimov por el reconocimiento recibido ayer y recordó como el centro de formación, desde su creación hace cuatro décadas, ha sido una parte activa en la vida de la ciudad.