Lleva protegiendo esta ciudad desde el siglo XVII y se ha convertido en un lugar de penitencia para todos los cacereños. Ahora, cuatro siglos después, el cacereño Manolo Floriano ha publicado un libro que recoge la historia de esta joya de Cáceres. El Cristo Nazareno del Amparo en su ermita de la Vía Sacra es un trabajo de investigación de más de cuatro años en el que también participa el concejal de Cultura y fundador de la cofradía, Jesús Fernando Bravo.

"Es una de las grandes devociones de Cáceres. Los cacereños siempre se paran en el Amparo cuando suben a ver a la Montaña. Se ha puesto en la ermita un cepillo y se consigue mucho dinero para distribuirlo para obras de caridad", explicó el autor del libro, Manolo Floriano. Según los datos encontrados, el templo fue construido en 1616, aunque puede que date de mucho antes. "La ermita lleva en Cáceres por lo menos desde 1229 porque en ese año cuando Alfonso IX de León vino a Cáceres pidió su protección divina", dijo Floriano.

Los antecedentes

Tras un arduo trabajo, el investigador recoge en su publicación fechas tan importantes como la llegada del Cristo a la ermita, acontecimiento que sucedió el 3 de abril de 1672. Unos años antes, en 1669, Diego de Figueroa depositó en el templo la cabeza y las manos de la imagen. "Hubo que pedir permiso a La Soledad para poder dejar el Cristo en el humilladero, por eso la imagen no llega al templo hasta 1672", indica el autor. Sin embargo llegan a pasar varios siglos hasta que se constituye la cofradía. Fue en 1989 y un año después se consigue que el Cristo salga en procesión. "Hacía 290 años que el Cristo no salía de la ermita, estaba prohibido", explica.

Fotografías de la época y una oración al Cristo del Amparo contemplan esta joya creada por Floriano que dedica a su familiares y en especial a su hijo Manuel, que lleva cinco años en coma.