Yacimientos arqueológicos hay muchos en el mundo. Pero disponer de varios en un mismo territorio que permitan investigar la vida y su evolución en distintos periodos prehistóricos es algo extraordinario. Así ocurre en lo que ya se denomina Complejo Arqueológico Cacereño, un espacio donde se están produciendo hallazgos muy relevantes e incluso únicos en Europa, que permiten situar la presencia humana en la cueva de Santa Ana hace 800.000 años, con perspectivas de remontarse un millón de años atrás, cuando el hombre llegaba al continente. Cerca están las cuevas de Maltravieso y el Conejar, y en el interior pinturas rupestres, colecciones excepcionales de huesos animales y un uso diverso en el tiempo que les da un valor único para entender la evolución. "Solo se ha destapado la olla, hay mucho por estudiar", explica Antoni Canals, codirector del proyecto Primeros Pobladores junto con Eudald Carbonell.

El complejo está formado por estas tres cuevas del Calerizo más dos yacimientos al aire libre, Millar y Vendimia, en los humedales de la cuenca del Salor, cerca de Malpartida, donde se está encontrando industria lítica (piedras transformadas en herramientas para la caza y los trabajos domésticos) de cientos de miles de años atrás. En definitiva, Cáceres y su entorno, con la ribera del Marco y el Salor, con sus cavidades calizas, han ofrecido recursos suficientes para que el hombre ocupara este territorio desde la más remota antigüedad. Por ello los expertos ya lo consideran uno de los dos espacios más importantes del Paleolítico en la Península (el otro es Atapuerca), especialmente del Pleistoceno Inferior y Medio. Además, figura entre la media docena de complejos prehistóricos paleolíticos más interesantes de Europa.

Así lo corrobora Antoni Canals, arqueólogo e investigador del Complejo Arqueológico Cacereño y también miembro del Equipo de Atapuerca, quien no comprende la falta de sensibilidad con esta herencia. "Cáceres es una de las pocas ciudades de Europa que tiene un patrimonio valioso en toda la historia del continente: Prehistoria, Medievo, Renacimiento... ¿Cómo se entiende entonces que el interés se focalice exclusivamente sobre la Ciudad Monumental, mientras el resto se está perdiendo, aún siendo fundamental no solo para Cáceres, sino para el contexto de la historia universal de la especie humana?", se pregunta Canals, que echa de menos mayor implicación institucional y ciudadana para consolidar los recursos ya empleados y divulgar esta valía.

Y es que el Calerizo, donde el agua del Marco corre todo el año y por ello proliferaba la vegetación y la fauna (gamos, osos, bóvidos, linces, hienas...), está incluso poniendo en entredicho la hipótesis de que las comunidades paleolíticas eran errantes. "Aquí intuimos su funcionamiento de forma un poco distinta, con una movilidad más reducida, empezando porque había comida. Cáceres puede ser un ejemplo de ese cambio de paradigma, que luego desembocó en el Neolítico con asentamientos permanentes en el territorio", señala Canals.

DE ATAPUERCA A CACERES Las investigaciones en el Calerizo se intensificaron hace una década, cuando un grupo de científicos de Atapuerca vinculados a la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, especialistas en el estudio del Pleistoceno, comenzaron a investigar la zona atraídos por los hallazgos de Isabel Sauceda, una arqueóloga extremeña. Realizaron una visita en 1999 y ya descubrieron Vendimia, el primer yacimiento Paleolítico excavado en extensión con técnicas modernas en Extremadura. Así surgió el proyecto y el equipo Primeros Pobladores de Extremadura.

Los trabajos han dado sus fru-

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