No a más de 30 kilómetros de hora. Un año después de que el gobierno municipal anunciase su decisión de restringir la velocidad en las calles y accesos de la ciudad monumental, la medida se hace efectiva con la instalación de las primeras señales que limitan la velocidad a 20 y 30 kilómetros/hora en plazas como Santa Clara o la Soledad. Tal y como anunció en su día la Concejalía de Tráfico, la restricción se ampliará a otras calles del recinto intramuros, con el objetivo de reducir hasta el mínimo el impacto del tráfico y garantizar al mismo tiempo la seguridad de los peatones. La reducción de la velocidad para los conductores no quedará limitada solo al casco viejo, ya que el ayuntamiento también quiere aplicarla al entorno de colegios y polideportivos, enclaves de especial problemática al ser frecuentados por los niños.

En cualquier caso, las primeras señales colocadas en los accesos a la ciudad monumental, bien visibles para llamar la atención, no dejaron ayer indiferentes a los conductores. Vecinos consultados por este diario aplaudieron la medida, mientras repartidores y taxistas también creen que puede repercutir positivamente en la circulación. De hecho, algunos consideraron que ya se está cumpliendo la limitación porque el pavimento y la tipología de las calles no permite ir a mayor velocidad que la limitación establecida ahora.

CON PREFERENCIA La propuesta de implantar Zonas 20 y 30 km/h partió del grupo municipal de IU en febrero pasado y fue expuesta en la Comisión Municipal de Seguridad Ciudadana, donde fue apoyada por el equipo de gobierno del PP. Valentín Pacheco, concejal de Tráfico, apuntó entonces que las zonas limitadas estarían señalizadas "de una forma especial" como ya está ocurriendo y supondrían que los peatones tuvieran preferencia sobre los vehículos.

La medida, que se está encargando de ejecutar el gabinete técnico de la policía local, significa un hecho sin precedentes en la capital cacereña donde hasta ahora no existían señales que limitaran la velocidad a tan baja intensidad. Los trabajos continuaban ayer con la colocación de la señalética, esta vez en la bajada de San Juan a Gran Vía, donde la velocidad quedará limitada a 30 kilómetros/hora.

Precisamente será todo el área incluida en el Plan Especial de Protección del Casco Histórico donde más señales de este tipo podrán verse a partir de ahora. El plano afectado abarca una zona de influencia comprendida entre la calle San Antón y la avenida de San Blas, y también de San Francisco a la plaza de toros.

La intención de reducir la velocidad en los accesos y el interior de la ciudad monumental se une a otras medidas ya puestas en marcha hace meses como la restricción para estacionar, con el objetivo final de evitar que las calles de la parte antigua se conviertan en un aparcamiento.

Esta situación ya ha provocado conflictos con los vecinos, que se han quejado de que se les pusieran multas por aparcar en la vía pública. Los planes para dotar a la zona monumental de aparcamientos alternativos sigue sin fraguar, a pesar de las diferentes propuestas que se han puesto encima de la mesa.