«Ya ha pasado el tiempo de los congresos, los estudios y los informes. El despoblamiento es un hecho. Hay que aplicar medidas prácticas». Así lo afirma Rosario Cordero, presidenta de la Diputación Provincial de Cáceres, en declaraciones a este diario. «La situación de muchas provincias se torna preocupante. Aunque Cáceres no está entre las más afectadas, y pese a que la Junta de Extremadura y la propia Diputación han dotado durante años a los pueblos de servicios e infraestructuras reduciendo ese éxodo --subraya--, el despoblamiento resulta evidente y hay que empezar a buscar soluciones reales».

La presidenta asegura contundente que este problema es ya «una cuestión de Estado», por eso insta a la coordinación de todas las instituciones «para encontrar juntas salidas a este problema, y conseguir un equilibrio entre lo urbano y lo rural con medidas efectivas que no se queden en un informe sobre una estantería o en un ordenador», señala.

IMPULSO DE 20 MILLONES / En concreto, la Diputación de Cáceres ya ha anunciado una inversión de 20 millones de euros en 2018 --acudirá a un crédito-- para aplicar planes territoriales en toda la provincia con el fin de luchar contra el despoblamiento, su objetivo «número uno». Lo ha sido desde el inicio de la legislatura porque la realidad se impone y por el empeño de la propia presidenta, también alcaldesa de Romangordo, una población de 257 vecinos que ha registrado el mayor aumento del censo de toda la provincia en la última década (48%).

De hecho, la Diputación ha creado la Comisión Abierta para el Despoblamiento, que congrega a grupos políticos, agentes sociales, empresarios, mancomunidades, grupos de acción local, etc..., en aras a buscar estas soluciones reales. Entre ellas, la presidenta destaca el empleo, verdadero ancla que fija la población a un municipio. «El mundo rural lo que necesita es trabajo, porque si lo hay, las personas se asientan y se quedan, y además se puede atraer a más familias, que muchos pueblos las necesitan, recordemos que el 70% tiene menos de 1.000 habitantes», matiza Rosario Cordero. De hecho, en los últimos años aumentan las familias que prefieren vivir en el mundo rural, «pero hay que darles ciertas condiciones, los pueblos no pueden quedar como tacitas de plata con todos sus servicios e infraestructuras estupendas, pero sin vida. Hay que fomentar el empleo», subraya la presidenta.

LAS VENTAJAS / Con este propósito, Cordero apuesta por aprovechar las ventajas que tiene el medio rural, «naturales, patrimoniales, culturales y por supuesto el campo, visto hoy como una empresa de producción de calidad, y Extremadura dispone de muchos recursos en este sentido». Un puntal muy importante para la permanencia es la mujer rural, «que necesita formarse, trabajar, conciliar...», precisa.

LEGISLACIÓN ADECUADA / También insta a las comunidades autónomas y al Estado a legislar a favor del mundo rural, «y a Bruselas, porque no lo ha hecho nunca, incluso el enfoque de las políticas europeas muchas veces viene dado por los países del norte que no tienen nada que ver con los modelos del sur», lamenta. En este sentido, considera que deberían facilitarse descuentos fiscales por ejemplo a las empresas de estos núcleos, y que la Ley del Suelo «no debería limitar tanto, porque al final protegemos más al medioambiente que a las personas, y esos recursos naturales deben constituir precisamente la supervivencia de los municipios», destaca.

«Otro requisito de urgencia en la lucha contra el despoblamiento es la conectividad --agrega--, puesto que el ámbito rural necesita la fibra óptica para estar conectado al mundo y fomentar las empresas, el turismo...», señala la presidenta. Aunque las operadoras se mueven por cifras de mercado, la Administración puede hacer más al respecto, según indica Rosario Cordero.

Finalmente, la Diputación realizará «una campaña de valorización de la vida en los pueblos», porque en los pueblos realmente se vive bien, con todas las comodidades añadidas a la movilidad que permiten hoy los vehículos.