Ahora son 14 familias pero dentro de tres o cuatro años hubieran sido 600, porque el centro se hubiera ido a pique". Con este aplastante argumento defendió ayer la presidenta de la sociedad cooperativa de profesores del Paideuterion, Angela Martín, la decisión adoptada por el centro de eliminar para el próximo curso el ciclo de bachillerato por falta de viabilidad económica, al no contar con los alumnos suficientes, tal y como publicaba ayer este diario.

"Entendemos a las familias afectadas, pero no teníamos opción. En todo momento hemos pensado en los alumnos y no los hemos dejado colgados ni desprotegidos", aclaró. La supresión de 1º de bachillerato --el segundo curso se mantiene este año aunque se eliminará el que viene-- ha afectado directamente a 14 alumnos.

Estos habían realizado en junio la preinscripción para continuar sus estudios en este colegio y, con las fechas tan avanzadas, se vieron obligados a matricularse fuera de plazo en otros centros. La mayoría lo hizo en el instituto El Brocense sin problemas, aunque es posible que tengan dificultades para cursar las optativas seleccionadas al ser los últimos, según apuntaron a este diario algunos padres de estos estudiantes.

"NOS HA COSTADO MESES" Angela Martín, como portavoz del centro al hallarse fuera del país su director, aseguró que la decisión "no ha sido fácil", sino todo lo contrario. "Ojalá solo hubiéramos tenido que valorar lo pedagógico, pero nos guste o no, la economía es lo que manda. Ha sido una decisión muy dura y nos ha costado meses tomarla", señaló. Quiso aclarar que tampoco se tomó a la ligera. "Quizás podríamos habernos decidido antes, pero somos 33 profesores y no es fácil ponernos todos de acuerdo", razonó.

La presidenta de la cooperativa defendió la eliminación del bachillerato como una medida "irremediable" para la continuidad y "viabilidad" del centro escolar, en el que están matriculados para el próximo curso 650 alumnos.

El colegio arrastra una situación económica delicada que habría agravado el mantenimiento del ciclo de bachillerato, al no ser este concertado sino privado, por lo que se sufraga únicamente con la aportación de los alumnos. "El centro está totalmente empeñado y embargado. Llevamos años sufriendo el déficit de bachillerato y ya no podíamos aguantar más. Era insostenible", explica Martín.

A pesar de ello, la medida ha causado cierto malestar entre las familias afectadas y varios profesores que no comparten la decisión y que consideran que se podría haber adoptado otras acciones de ahorro.