José Antonio Poblador es el padre de Juan Pedro, una figura del toreo de seis años, alumno de la escuela taurina de Cáceres desde que tenía cuatro. Montse Fajardo es la madre de Alejandro, un espada de ocho años que se aficionó al toreo en Mata de Alcántara. José Antonio y Montse están más nerviosos que sus hijos, como nerviosas están las familias que miran con arrobo el arte de sus vástagos en el albero.

Alumnos de la escuela taurina de Cáceres, dirigida con guante de seda por Manuel Bejarano, llenaron este sábado la Era de los Mártires de emoción y bravura.

Chicos y también chicas de entre seis y 18 años salían nerviosos a una plaza que se arrancaba en aplausos para recibir a las futuras figuras del toreo. «No todos los que estudian en la escuela serán matadores el día de mañana, pero todos ellos llevarán aprendidos los valores inherentes a la tauromaquia: el respeto por la naturaleza y los animales y el sentido de la responsabilidad», declara su director.

La zona de sombra estaba repleta de un público agradecido que vibró con el saber hacer de las jóvenes promesas en el histórico coso cacereño.

En esta segunda edición la gran novedad ha sido la presencia de los diestros Juan Mora y Antonio Ferrera como ayudantes de lujo de los alumnos.

La escuela taurina recaudó cerca de 3.000 euros en la primera edición del tentadero, que fueron reinvertidos en su totalidad en la compra de muletones, carretas y capotes paras sus estudiantes.