El ayuntamiento tiene pendiente la privatización de las labores de mantenimiento de la ciudad de aceras, calzadas y mobiliario urbano, que se espera ultimar en las próximas semanas. El proyecto de concesión está en proceso de contratación y se prevé que esté ultimado este verano. El contrato será bianual y el consistorio abonará a la empresa adjudicataria del concurso unos 500.000 euros al año para realizar estos trabajos.

La novedad más importante que introducirá este nuevo sistema de gestión de las obras, además de la privatización en sí, será la posibilidad de contar con un retén permanente de operarios para cualquier eventualidad que surja en la ciudad y restablecer cualquier daño que se ocasione a causa, por ejemplo de un accidente de tráfico o averías. El operativo de emergencia estará en servicio las 24 horas del día.

La falta de personal suficiente en la concejalía de Mantenimiento y Obras para asumir cada año estas labores obliga a la modificación del modelo de gestión. "La concejalía y la plantilla que tiene adscrita no da abasto con todas las labores de mantenimiento que necesita ya la ciudad, que cada vez es más grande, por lo que se hace humanamente imposible cubrir todas las necesidades", argumenta el concejal de Obras y Mantenimiento, Joaquín Rumbo de la Montaña. Estas tareas las asume ahora los 40 trabajadores, dos encargados y un ingeniero técnico que integran el departamento.

REPASO A LA CIUDAD Es la misma fórmula que se ha empleado con el servicio de mantenimiento de parques y jardines, también por el mismo motivo de incremento de las áreas a cuidar, de la que se encarga al 50% la empresa Canal de Isabel II.

La concejalía tiene el propósito que la nueva empresa esté operativa este verano y que antes de finalizar el año se realice un repaso a toda la ciudad. Rumbo de la Montaña explica que a finales de este mes se concluirá la tramitación del proyecto, que ya cuenta con la retención de crédito necesario.

La responsabilidad de la empresa será la del cuidado de los acerados, la pavimentación, así como la vigilancia de los bolardos, pilones, barandillas, cajas de registro, papeleras y bancos de la capital cacereña y sus pedanías.