Empresarios cacereños y portugueses buscarán juntos oportunidades de negocio a ambos lados de la frontera y en el extranjero, sobre todo en Europa del Este, Sudamérica y Africa. Ese es el objetivo de una nueva iniciativa que han puesto en marcha, con ayuda de la Unión Europea, la Federación Empresarial Cacereña (FEC) y la Asociación Comercial, Industrial y de Servicios de Castelo Branco, Idanha-a-Velha y Vila Velha de Ródao.

El proyecto se presentó ayer en la localidad fronteriza de Monfortinho en un encuentro al que asistieron representantes empresariales de ambos colectivos, encabezados por el presidente de la FEC, José Manuel González Calzada, y el de la asociación lusa, Alfredo da Silva. El colectivo cacereño representa a 6.900 empresas y el portugués a algo más de 1.828.

Financiado por el Fondo Social Europeo, que aporta 300.000 euros de los 475.000 que se necesitan, el programa denominado PromoPyme tratará de fomentar "mecanismos de exportación dentro y fuera de la Unión Europea creando una red de comercialización externa de productos", explicó el secretario de la agrupación cacereña, Pedro Rosado. "Encerrarse en sí mismo no tiene futuro en una economía globalizada", valoró por su parte Da Silva.

Se trata de "internacionalizar" el negocio de las empresas tanto cacereñas como de la comarca de Castelo Branco, unidas por una situación económica similar dada su pobre industrialización, su escaso desarrollo en infraestructuras y la gran dependencia del sector servicios.

ACCIONES ¿Cómo fomentar esa exportación? Cada uno de los colectivos crearán la figura del agente dinamizador --el portugués ya cuenta con él y la cacereña tramita su contratación--, que se encargarán de visitar a un grupo de empresarios seleccionados por su disposición a abrirse al mercado extranjero, ponerlos en contacto entre sí y buscar estrategias que den salida a sus productos. Otras de las acciones previstas será la creación de una página web en la que los empresarios puedan encontrar oportunidades de negocio.

Ejemplos. La cereza. En ambos lados de la frontera existen amplias zonas productoras de esta fruta que ha encontrado por separado su propio mercado pero que, juntas, podrían intentar abarcar un mercado más amplio. Una nueva fábrica de colchones de la comarca portuguesa podría hallar mercado en Cáceres y una de automoción cacereña, a la inversa. "Este proyecto contribuirá a estimular intercambios económicos", apuntó Pedro Oliveira, agente dinamizador de la agrupación lusa.

El proyecto finalizará el 31 de diciembre del 2007. Para entonces, se deberían haber conseguido tres objetivos: que 75 empresas se planteen su internacionalización, que de ellas 18 inicien contactos comerciales en el exterior y que finalmente se creen al menos cinco alianzas estratégicas de empresas. Tanto los empresarios cacereños como los portugueses confesaron que el mayor obstáculo para lograrlo es la propia mentalidad del empresario, muy "reacio" a salir fuera de casa . "Es un proceso difícil, pero quiero pensar que se van a adaptar a los nuevos tiempos", concluyó Alfredo da Silva.