Noé Silla pertenece a la comunidad gitana y ha vivido en Aldea Moret toda su vida: "en este barrio hay compañerismo, si te sucede algo siempre están dispuestos a ayudarte, independientemente de que seas gitano. El problema es que la gente generaliza y si uno hace algo mal, lo hacemos todos. Tienen que conocernos primero y luego juzgarnos para bien o para mal", indicó Silla, un joven de 20 años que trabaja para la fundación Secretariado Gitano mientras oposita para ser Guardia Civil. Lleva un año casado y en estos momentos su mujer y él esperan su primer hijo: "casarnos jóvenes es una de nuestras costumbres, pero no por eso somos peores. Lo que pasa es que hay que tener voluntad para seguir formándote, muchos cuando se casan solo piensan en ganar dinero y se olvidan de terminar sus estudios", comentó.

Noé reconoce que sus padres han hecho todo lo posible para que sus seis hermanos pudieran estudiar, pero, quizá por sus costumbres, su abuelo para él "es la persona más importante. Me riñe mucho pero como le respeto tanto cuanto más me riñe más le quiero", dijo Silla, que incidió en que las tradiciones no suponen un problema: "en mi casa siempre me han enseñado a respetar a los demás y yo haré lo mismo con mi hijo".