Se subieron pasadas las diez de la noche al Escenario Amex con temas de siempre, algunos de su último trabajo, Euphoria , y en medio de los preparativos del disco que grabarán en septiembre. Será en el Teatro Romano de Mérida, con la orquesta sinfónica y las voces de muchos artistas invitados.

--Tocan junto a grupos de la región que empiezan ¿Se sienten el hermano mayor?

--Por edad puede, pero por espíritu, no (risas). Nos alegra estar con ellos, tocando temas de Euphoria o otros viejos temas, aunque renovados, porque siempre hacemos cambios.

--Ese título, tras un receso, es una declaración de intenciones.

--Esconde un doble sentido, porque en griego euphoria hace referencia a la capacidad que tiene una persona de soportar las adversidades para conseguir un objetivo. Ese doble sentido es el que tiene el disco, la ironía de la vida. Hace referencia a que la industria musical está aun poco baja y necesita sacrificio y entrega para poder sacar adelante esta disciplina.

--A pesar de los vaivenes, han sabido mantenerse y siguen siendo una referencia del pop.

--En realidad nunca nos hemos separado, pero sí nos hemos ocultado temporalmente en varias ocasiones, cuando necesitábamos trabajar hacer cosas diferentes. Han sido recesos para coger impulso, porque la música también es el estudio, las grabaciones...

--¿Y como están ahora?

--En una etapa de creación. Queremos que la grabación del Teatro Romano sea un punto de inflexión en nuestras carreras. Es un homenaje que nos hacemos por nuestros 20 años en el escenario y tendremos a muchos amigos, como Amaral, Bebe, Jorge Dréxler.

--¿Lo que queda del Tam, Tam Go! de los 80, pesa o impulsa?

--Impulsa. Para seguir superándonos. Hemos sabido estirarnos en el tiempo siendo muy independientes. No hemos buscado el público masivo y hemos hecho lo que nos ha dado la gana en la música, sin presiones de discográficas.