El Club El Encinar demostró un año más su solidaridad haciendo entrega a los franciscanos de la Cruz Blanca de un cheque con el dinero recogido de las donaciones de los asociados. Según explicó la presidenta del club, Petri Román, tradicionalmente el Coro Rociero de Cáceres cantaba una misa rociera en El Encinar y después se hacía una subasta de platos: "Se llegaron a pagar hasta 45.000 pesetas por una cazuela de callos", explica Román.

Sin embargo, ahora los tiempos han cambiado y las donaciones se recogen de otra forma. Por un lado, los donativos se entregan en la misa y luego se hace un cocido con el dinero que aportan los asociados. Una parte de esta última cantidad se paga al proveedor de la comida y, el resto junto a la recaudación de la misa, se une y se entrega a los hermanos.

El acto de entrega tuvo lugar en la casa de los hermanos de la Cruz Blanca. Acudió la presidenta del club y también el tesorero del Coro Rociero, Pedro Méndez. El Encinar se creó hace más de 18 años. Está situado junto al Complejo Alvarez y tiene más de 230 asociados.

El destino

El centro de la Cruz Blanca, situado en la calle Manga (ciudad monumental), acoge a 30 discapacitados, principalmente con problemas psíquicos, de entre 20 y 60 años. La Comunidad de Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca fue fundada por Isidoro Lezcano Guerra, fallecido en el 2006.

En la actualidad la orden cuenta con otras 35 casas en distintos puntos de la geografía española, otra en Marruecos y cinco más en países de América Latina, donde desarrollan acciones caritativas.