El matrimonio asesinado en una vivienda de la urbanización Montesol de Cáceres recibe sepultura en el cementerio de la ciudad.

Al entierro, celebrado esta mañana, sólo acudieron sus allegados por expreso deseo de la familia, que deseaba intimidad y la ausencia de los medios de comunicación.

Sin embargo, la intención de la familia era incinerar los cuerpos, pero la titular del juzgado número 3, encargada del caso, no concedió el permiso por si, en un futuro, se necesitasen nuevas pruebas.

Según informa la agencia Europa Press, los cadáveres de J. A. T. y su mujer, M. G., de 54 y 51 años, fueron encontrados el miércoles en el salón del adosado en el que vivían con evidentes signos de violencia, en concreto numerosas heridas causadas por fuertes golpes.

El luctuoso hallazgo se produjo hacia las 15.30 horas del miércoles, cuando fueron encontrados los cuerpos sin vida en el interior de la casa que tenían alquilada en el residencial Montesol II del barrio de La Mejostilla los cadáveres de este matrimonio.

Inmediatamente se desplazaron al número 4 de la calle Las Grullas varias dotaciones policiales y posteriormente dos unidades de policía científica especializada en homicidios que llegaron de la Central de Madrid para ayudar en las investigaciones, debido a lo inusual del caso.

En la vivienda se encontraba también un perro raza bobtail que fue sacado de la casa por un veterinario y llevado a la perrera municipal y cuyos movimientos en el lugar donde se encontraron los cuerpos han dificultado, al parecer, la obtención de pruebas.

La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Cáceres, Mari Luz Charco, que instruye el caso, decretó el secreto de sumario para garantizar la eficacia de las investigaciones, que se centraron desde el principio en los más allegados al matrimonio.

J. A. T. y M. G. vivían en Cáceres hace apenas un mes a donde habían llegado después de pasar por localidades como Plasencia, Salamanca o Bruselas. Eran poco conocidos en su barrio, un residencial de nueva construcción entregado este verano y en el que habitan todavía muy pocos vecinos.