La fiscal de Menores de Cáceres, Marta Abellán, valora la importancia de contar con este recurso en la capital cacereña para poder aplicar la Ley del Menor y hace hincapié en que los menores cumplan las medidas dictadas por el juez cerca de su entorno familiar.

--¿Qué ha supuesto la casa para la jurisdicción del menor?

--En este piso se cumple una medida muy importante que es la de convivencia en grupo educativo, prevista en el artículo 7 de la ley reguladora de la responsabilidad penal del menor. Se impone en bastantes ocasiones y en algunas tiene su importancia cuando se trata de delitos cometidos en el ámbito de la violencia familiar. Se trata de controlar al menor bajo un ámbito distinto y en un entorno diferente al de su propia familia, que es donde cometió el delito, pero sin llevarlo a un centro cerrado como el Marcelo Nessi. Es una medida para que adquieran unas pautas de respeto, comportamiento y organización y colaboración en tareas de la convivencia diaria.

--¿Dónde está su importancia?

---La ley establece como principio general que las medidas se deben cumplir próximas al entorno del domicilio del menor. El artículo 45, cuando dice que la entidad pública, en este caso la Junta de Extremadura, debe cumplir las medidas que el juez de menores imponga, exige como criterio general que deben cumplirse en el entorno del menor. Si es de Cáceres, Navalmoral o Plasencia deben cumplirse en ese entorno. Es más adecuado que mandarle a uno completamente diferente donde el menor está desagregado y donde los perjuicios pueden ser mayores que los beneficios.

--¿Qué ocurría antes?

--Había que remitirles a otros de la Junta como Badajoz. La ley impone que las medidas del juez se deben cumplir como la libertad vigilada o la convivencia con una persona. Incluso la medida de internamiento en un centro cerrado debería cumplirse también en Cáceres, pero no hay ninguno.

--Hacen una vida casi normal...

--Hacen una vida normalizada, con recursos normalizados. Tienen su colegio dentro de su entorno. Se trata de no sacarles de su entorno familiar.

--¿Cómo responden los menores a este tipo de recursos?

--Bien. En ocasiones es difícil. Hay algún menor que se ha fugado. Es un recurso favorable por ahora. Depende mucho de la relación personal, del grado de conexión de los educadores, del carácter de los menores, que se hagan más o menos a estar fuera de sus casas.