A los desafueros urbanísticos de la corporación, que se despide del gobierno municipal -por méritos propios-, les faltaba una guinda en el pastel para completar el programa de protección del patrimonio mundial en la Ribera del Marco: la escalera metálica de Mira al Río.

Por lo visto no tuvimos bastante con la demoníaca intervención de la Ronda Este Interior por la Ribera del Marco, contestada por casi todos, en especial por la Plataforma "Salvemos la Ribera del Marco", creada al efecto, y por la generosa difusión multimedia de la empresa Libre Producciones.

Una batalla perdida en contra del proyecto de Reordenación Integral de las calles San Roque, Mira al Río y Plaza de San Francisco, cofinanciado en un 75% con fondos europeos del programa Interreg IIIA y asumido sin anestesia por el Plan General Municipal, que modificó el Plan Especial para morder el perímetro de protección del conjunto histórico, demoler una docena de viviendas modestas, agredir un aljibe medieval, poner en peligro la precaria estabilidad de la torre almohade de los Pozos, aniquilar el entorno de protección del casco antiguo, multiplicar por mil el tráfico de vehículos, contaminando y agrediendo el patrimonio inmediato de forma insostenible, y arrasar el puente de San Francisco, reduciéndolo a la ridícula figurita de nacimiento sobre la inefable glorieta.

Al menos, la fechoría no quedó impune ante los responsables del Patrimonio Mundial, ya que mi informe de 22 de septiembre de 2004 para el Comité Ejecutivo Internacional de ICOMOS, en solicitud de amparo urgente ante la inmediata agresión a la Ciudad Vieja de Cáceres, Patrimonio Mundial, a su Conjunto Histórico-Artístico y a la Ribera del Marco como entorno de protección, se sustanció con la inclusión de Cáceres en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro (HERITAGE AT RISK, Icomos World Report 2004-2005, Monuments and Sites in Danger). Cuatro años después, el 24 de febrero pasado, cuando ya resultaba imposible la retrotracción del hecho consumado, el TSJEx declaraba nula de pleno derecho toda la operación urbanística, realizada por la módica cantidad de 2.623.000 euros.

Y gracias a que Dios está en el cielo y protege a sus creyentes, porque las lluvias de noviembre pasado que desprendieron buena parte del tramo de muralla bajo el Olivar de la Judería, bien pudieron llevarse por delante la Torre de los Pozos.

Ahora el último grito es la escalera "eiffel" de Mira al Río, financiada --como no--, con fondos europeos del programa Urban Calerizo por valor de 81.000 euros. Por lo visto, resulta más agotador para el turista acceder al Olivar de la Judería desde Consolación por Hernando Pizarro, que ascender desde la Ribera del Marco -intransitable para el peatón- por la nueva escalera metálica, ya contestada por el vecindario inmediato, que recibirá la bendición corporativa el próximo lunes.

Mucho esperamos del nuevo gobierno municipal de Carmen Heras en materia de buenas prácticas urbanísticas, planificación y gestión patrimonial que tanto precisa Cáceres, aspirante a Capital Europea de la Cultura en 2016 con el primer proyecto estratégico de su historia. A favor de ese empeño estaremos los profesionales, hartos de tener que emplear tiempo y responsabilidades en montar plataformas y redactar informes negativos ante el Patrimonio Mundial, cuando podríamos emplearlas en asesorar a la construcción y protección activa de la ciudad.

A modo de recordatorio para navegantes: estar en el Patrimonio Mundial no es un derecho de Cáceres; es una generosa donación de la UNESCO, voluntariamente solicitada por la ciudad con el compromiso de su preservación ante la humanidad desde 1986.