Las escuchas telefónicas, de las que se derivan la práctica totalidad de las pruebas contra dos colombianos y nueve cacereños acusados de tráfico de drogas, centraron la primera sesión del juicio que contra estos 11 imputados, miembros de una supuesta red cacereña de ´narcos´, se inició ayer en la Audiencia Provincial.

Según la acusación del Ministerio Fiscal, que pide para los procesados un total de 58 años de prisión --6 para los tres principales imputados y 5 para el resto-, los dos colombianos, Nelson O. y Carlos R. C., suministraban en Madrid al supuesto ´cabecilla´, el cacereño Víctor J. A. B., la cocaína que luego este distribuía al resto de los acusados para su venta en Cáceres.

La principal prueba de cargo contra todos ellos son las escuchas telefónicas que, como se ha indicado, centraron ayer la primera sesión del juicio. Ocuparon dichas escuchas casi las dos primeras horas de la vista, tiempo en el que los diez abogados defensores expusieron sus argumentos para pedir su nulidad. Solicitaron en concreto la nulidad de los dos autos judiciales por los que se acordaron las intervenciones, "porque ambas resoluciones judiciales vulneran derechos fundamentales y se hacen con infracción de ley", indicó a este diario Santiago Merino, uno de los abogados defensores. Este puso como ejemplo de las infracciones que a juicio de las defensas se habrían cometido, que el juez no tuvo control de las intervenciones, que estas superaron los tiempos para los que se habían autorizado, o que no hubo un secretario judicial que transcribiera lo que se grababa.

Pero la Sala, tras estudiar este asunto sus tres magistrados --se suspendió para ello la vista durante casi una hora--, rechazó la petición. Según expuso la presidenta de la Sala, "considera este tribunal que los requisitos previos son mínimos y satisfactorios para cubrir los requisitos constitucionales exigibles" y, asimismo, que "no constan conversaciones posteriores al 28 de octubre del 2008 y, por lo tanto, todas están contenidas en el periodo de un mes dispuesto en el auto por el que se autorizan las escuchas".

Y también centró el contenido de las escuchas, de muchas de las cuales se dio lectura, los interrogatorios de los acusados por parte de la Fiscal. Conversaciones que los acusados dijeron de forma mayoritaria no recordar, como haría en todo momento el cacereño Víctor A. B.; no tener conocimiento de las mismas por no ser suyos ni saber a quién pertenecen los teléfonos intervenidos, como aseguraría el colombiano Carlos R. C. S.; o de las que Nelson A. aseguró se trataban de conversaciones sobre trabajos de reformas que llevaba a cabo con los dos anteriores. "Nuestra única relación era de trabajo, de chapuzas de construcción que hacíamos juntos", afirmó.

El principal imputado, Víctor J. A., que ayer en el juicio desmintió lo declarado en el Juzgado durante la instrucción, llegó a decir que entonces mintió "porque la policía me engañó, me dijo que si declaraba lo que declaré no me pasaría nada, no iría a prisión, pero era mentira".