El consumo de cocaína experimenta una tendencia al alza en la ciudad. La evolución registrada en la última década en el uso de esta droga desplaza claramente a otras como la heroína y es mayor a las de nueva implantación como las sintéticas.

El incremento nacional de los consumidores de cocaína que arroja la última encuesta del plan sobre drogas es también paralelo al que hay en la región. Carlos Martín, secretario técnico de drogodependencias del Servicio Extremeño de Salud, apuntó ayer que la heroína está disminuyendo, "con apenas incorporaciones de jóvenes que se inician en el consumo". Sin embargo, señaló que la cocaína sí ha crecido "con una tendencia al alza en los últimos diez años", algo que se repite más lentamente en el caso de las drogas sintéticas como el éxtasis.

Una opinión compartida por otros expertos como Javier Barrera, técnico del plan municipal de drogas, quien señaló que "no hay nuevos consumidores de heroína entre los jóvenes, pero sí de cocaína y pastillas". En cuanto al alcohol y el tabaco, los niveles de consumo se mantienen, aunque las edades de inicio son más tempranas: "En las comunidades terapeúticas donde hace unos años eran todos heroinómanos, ahora hay cinco o seis cocainómanos, cuatro alcohólicos y diez heroinómanos".

EDAD MAS TEMPRANA Los expertos señalan también que la tendencia en los últimos 10 años desvelan una reducción de la edad del primer consumo, el aumento del consumo de cocaína y drogas sintéticas y la disminución de las drogas depresoras como la heroína.

Las causas fundamentales para este cambio de hábitos en el consumo de drogas están relacionados con las transformaciones experimentadas por la sociedad. "Antes de asociaba la heroína a poblaciones marginales. Su consumo creaba una dependencia muy rápida. El alcohol, la cocaína y el éxtasis tienen un consumo más compulsivo y están relacionados con la diversión", subraya Javier Barrera.

Estos especialistas argumentan que el acceso a las nuevas drogas es igual de fácil que la heroína, aunque niegan que la cocaína sea un vicio caro. "Los jóvenes de clase media disponen de dinero para poder adquirirla", señalan. Asimismo, relacionan su implantación por su carácter de droga excitante, cuyos efectos son más rápidos que la heroína y el cannabis, de tipo depresora.

En este sentido, apuntan que las estadísticas distinguen entre el uso y abuso de la cocaína, entendido éste último como un hábito de fin de semana y de forma esporádica y no una dependencia como la heroína.