«La salud me respeta, por eso estoy metida en todo, no soy de sillón y tele, imposible...». El desparpajo de Inmaculada Cordero asombra en cuanto comienza hablar. A los 74 años tiene un dinamismo tremendo: dirige la Asociación de Mayores Peña del Cura, la más numerosa de Cáceres --supera los 4.700 asociados -- y los fines de semana coge el coche para ir a ver al Cacereño juegue donde juegue. «Mañana mismo me voy a Castuera», desveló hace unos días. Tiene tiempo para hacer teatro, jugar la partida de cartas a diario y todo lo que le echen. Representa a la nueva generación de mayores que se pone el mundo por montera.

Fue tesorera del Cacereño y se convirtió en la primera mujer española en ocupar ese cargo en un club de fútbol. Por ello el Marca y el As le dedicaron amplios reportajes. Formó parte de la directiva junto con 18 hombres durante las presidencias de José Félix Nevado y Ángel Carrasco. Hoy es la socia femenina más veterana. «Toda la vida me ha gustado el fútbol, también soy muy bética, pero ante todo del Cacereño», confiesa. La afición le viene desde jovencita. «Estaba interna en las Carmelitas y ya me gustaba el fútbol. Nos dejaban salir los domingos y mi amiga y yo teníamos un contrato: un día al fútbol y otro al cine».

Luego quiso ser marino, «pero las mujeres no podíamos» y siguiendo los pasos de sus padres estudió Magisterio. Como Inmaculada pertenece a la generación de oro, rápidamente se volcó en su profesión y fue una maestra muy dinámica. «Me gustaba mucho la escuela, estuve veinte años en Deleitosa, otros veinte en Cañaveral, también en Ciudad Real, Albacete, Cádiz y Cáceres». En los colegios hacía de todo, «incluso los traía al Cacereño», revela.

Inmaculada siempre ha sido muy activa, por eso la jubilación tampoco la deprimió. «En la vida hay mucho que hacer. Soy viuda, tengo un hijo pero no nietos, de modo que dispongo de todo el tiempo, no me da pereza nada». En Cáceres se rodea de personas como ella. «Aquí viven muchos mayores animados. Tengo un grupo con gente de más de 80 años a los que nos gusta el baile, las excursiones, ¡seguimos a tope...!

Como presidenta del Hogar Peña del Cura tampoco para. El local abre mañana y tarde con todo tipo de contenidos: ingles para viajar, inglés básico, pintura en tela, pintura al óleo, marquetería, encuadernación, un coro, teatro...

Inmaculada considera que la gente tiene derecho a divertirse. «Yo vi nacer a una niña entre gallinas y cerdos en mi primer destino como maestra. Ni siquiera había agua corriente. Afortunadamente la vida ha evolucionado y hay que disfrutarla, aunque haya cosas mejorables», concluye sin perder la sonrisa. Pura vitalidad.