Dos aulas del I. E. S. Universidad Laboral y un comedor que se encuentra bajo ellas se han apuntalado y han dejado de utilizarse temporalmente como precaución. La razón es que un informe técnico dictamina que debe reforzarse la estructura del edificio en esas zonas.

Las zonas apuntaladas están en el edificio Alameda, donde reciben sus clases alumnos de Hostelería y Turismo y de Edificación y Obra Civil. Las dos clases apuntaladas ya fueron utilizadas el pasado curso por los alumnos de Hostelería. El comedor afectado, situado en el piso inferior, es el que se conoce como de ciclos formativos. En él, los alumnos de Hostelería hacen clases prácticas.

El problema, según explicó a este diario el director del centro, José María Alegre, fue detectado en el tercer trimestre del curso pasado, cuando una grietas pusieron sobre aviso. "Siempre que se ven grietas en algún lugar, se pone en conocimiento del Servicio de Obras de la Delegación Provincial de Educación para que ellos decidan lo que procede", precisó.

Desde entonces, la empresa Prointec, por encargo de la Consejería de Educación, ha hecho en la zona tres pruebas de carga que han llevado a los técnicos a la conclusión de que la estructura del edificio necesita ser reforzada. Según explicó el delegado provincial de Educación, Enrique García, ese informe se encuentra en la Secretaría General de la Consejería de Educación para que ésta valore cuándo y como acometer los trabajos necesarios, que de momento no tienen fecha de inicio.

INQUIETUD ESTUDIANTIL Ante la preocupación que los estudiantes habían manifestado, tanto por el estado del edificio como por el hecho de no estar recibiendo los alumnos de Hostelería clases prácticas desde que arrancó el curso el pasado 22 de septiembre, sus representantes se reunieron el pasado martes en la Delegación de Educación con el delegado provincial, con el director del centro, con el inspector jefe y con técnicos de la empresa que ha realizado las pruebas para ser informados de la situación del inmueble.

A pesar del mensaje de tranquilidad que tanto los responsables educativos como los técnicos trataron de transmitir a los alumnos, estos han iniciado una campaña de recogida de firmas --llevan unas 200-- y tienen intención de hacer una sentada mañana a partir de las 11.10 horas en el centro, coincidiendo con el horario de recreo. Los estudiantes manifiestan que no pretenden ser alarmistas, pero piden que la administración actúe de inmediato en la mejora de las instalaciones.

Respecto al estado del edificio, los alumnos consideran que presenta "un alto nivel de deterioro visible", aunque creen que es más preocupante "el deterioro oculto que ha salido a relucir tras las pruebas de carga". Los estudiantes piden que se actúe sobre todo el edificio, y no solo sobre la zona que ha sido apuntalada, como parece que en un primer momento tiene intención de hacer la Administración, según manifestó el director del instituto.

Las conclusiones del informe de Prointec sobre las tres pruebas de carga, al que EL PERIODICO ha tenido acceso, considera "oportuno la realización de un estudio de la estructura del edificio completo, con el fin de poder adoptar medidas correctoras de forma global".

En el escrito que respaldan con las firmas recogidas, los alumnos dicen que están "altamente preocupados" por su seguridad y la de sus profesores.

RIESGO CERO Tanto el delegado provincial de Educación como el director del centro afirman que la situación no reviste ningún peligro para los alumnos del centro. El director comentó que estas circunstancias se enmarcan "en la normalidad de un edificio que tiene 40 años" que de vez en cuando requiere actuaciones de este tipo. Alegre considera que el riesgo para los alumnos "es cero".

El máximo responsable del centro asegura que en ningún caso se trata de algo parecido a lo que sucedió en el Colegio Prácticas, donde los niños fueron desalojados prácticamente de un día para otro porque el edificio no se consideraba completamente seguro.

El responsable provincial de Educación comentó, por su parte, que si la Administración viese algún indicio de peligro para los alumnos "se actuaría de manera inmediata como se hizo en el caso del Colegio Prácticas". García considera normal que un edificio de muchos años como el de la Laboral tenga grietas y problemas de mantenimiento.