En 1973, el ingeniero Martín Cooper efectuó la primera llamada a través de un móvil de 1 kilo de peso y 23 centímetros de longitud. El año pasado, el número de clientes de telefonía móvil alcanzó los 40 millones en España, es decir, un 98% de la población. Los adolescentes no son ajenos a este fenómeno, al contrario, se han convertido en los consumidores más entusiastas. Así lo revela un estudio realizado por alumnos del instituto cacereño El Brocense, difundido en tres congresos nacionales de investigación juvenil por su trascendencia. Una cifra llama especialmente la atención: el 95% de los chavales de entre 12 y 18 años dispone de móvil. Y existe otra más asombrosa: el 21% no tiene uno, sino dos teléfonos.

El estudio ha sido iniciativa de cuatro estudiantes de 2º de Bachillerato, que emprendieron el análisis el pasado curso. Efectuaron dos tipos de encuestas: una para determinar la existencia o no de una adicción al móvil entre los adolescentes, y otra sobre el conocimiento que tienen los jóvenes de los posibles riesgos de la radiación electromagnética que emiten. "Fue un trabajo duro porque consultamos a 250 estudiantes de 12 a 18 años a través de formularios", explica Sara del Olmo, autora del estudio junto con Elisa Pizarro, Mario Rodríguez y Jorge Rodríguez, bajo la dirección de Felipe Pizarro, catedrático de Física y Química. Además, realizaron una medición propia de la intensidad magnética de los aparatos.

"De todos los datos obtenidos, el que más nos sorprende es que el 95% de los chavales tienen al menos un móvil. Este resultado indica que la telefonía celular ha pasado a formar parte de nuestras vidas en un corto plazo de tiempo, y cada vez a edades más tempranas", indican los alumnos, que han difundido su estudio en las reuniones científicas celebradas en Málaga, Santander y Trujillo. Además, uno de cada cinco adolescentes dispone de dos móviles. "Por ejemplo, una compañera tiene un modelo más sofisticado con cámara y otras utilidades, y otro más pequeñito para llevarlo en los bolsillos del vaquero", explican.

"Los jóvenes son adictos al teléfono móvil, que se ha convertido sobre todo en una necesidad de afirmación social. Consideran importante disponer de un aparato de la marca adecuada capaz de modificar y enviar melodías, dibujos con SMS, con memoria y otras funciones en realidad inútiles", señalan.

El 80% de los jóvenes usuarios (75% de chicos y 86% de chicas) utilizan una tarifa de prepago, mientras que el 20% tienen un contrato suscrito para su móvil (25% de chicos y 14% de chicas).

EL DISEÑO LES ATRAE Respecto a las preferencias a la hora de comprar un modelo, los resultados indican que los jóvenes se interesan por el precio, pero dejan de lado aspectos más relevantes como la calidad de la batería o del sonido. "Tan solo al 11% les interesa el tema de la batería, mientras que al 46% les importa bastante el diseño, hasta tal punto que para ello éste el criterio que más pesa cuando eligen un móvil", explican los autores del estudio. Por tanto, queda claro que los adolescentes prefieren modelos más originales e innovadores, dos circunstancias que han sido aprovechadas por las compañías para sacar al mercado aparatos cada vez más llamativos y obtener mayores ventas.

También llama la atención que el 90% de los estudiantes encuestados usan el móvil a diario. Sin embargo, el 85% afirman tener un consumo mensual inferior a 20 euros. De estos datos se deduce que los jóvenes no utilizan el teléfono para hablar, sino para los denominados toques , es decir, llamar y colgar, de modo que el otro puede contestar del mismo modo. Además, al menos un 79% de los adolescentes envían como mínimo un mensaje diario, y hay que resaltar que los destinos de los SMS son mayoritariamente los amigos (93%), mientras que la familia supone un escaso porcentaje (7%).

LOS DE 12 AÑOS JUEGAN Hay más datos sorprendentes: un porcentaje elevado de la población estudiantil de 12 años utiliza el móvil para jugar (29%), es decir, lo considera más como un juguete que como un aparato de comunicación (23%). De hecho, el porcentaje de los chicos de esta edad que envían mensajes es similar al de los que usan el teléfono como un aparato para divertirse con los juegos incorporados. Sin embargo, los jóvenes de entre 15 y 18 años lo utilizan más bien para realizar llamadas (35%) y enviar mensajes (40%).

Pero no todo es adicción. El 63% de los estudiantes cambiarían su teléfono porque se les ha estropeado, perdido o desaparecido, pero no lo harían sólo por comprar otro modelo con mejores prestaciones y diseño moderno, "que serían actitudes propias de una sociedad adictiva", explican los investigadores.

DINERO EN MELODÍAS Como curiosidad, cabe destacar que las chicas invierten más dinero en melodías que los chicos (69% frente al 52%), quizás debido a la influencia de los programas y revistas para el público joven.

"Ya no cuela el argumento de que los padres compran los móviles para darle más seguridad a sus hijos, porque o no cogen la llamada cuando no les interesa, o están sin saldo. El móvil es un nuevo miembro de la sociedad, nosotros también lo llevamos ¡y que no nos lo quiten!", ironizan los cuatro alumnos.

El profesor, Felipe Pizarro, asegura que la dependencia se hace evidente en las clases: "Está prohibido el uso del móvil, pero sabemos que los chavales lo utilizan, no somos tan tontos. Han cogido tal habilidad que sólo necesitan tocar las teclas, ni siquiera verlas, para enviar toques y mensajes", revela el docente.