El centro penitenciario de Cáceres acogió ayer una boda poco corriente, la del preso etarra Aitor Olaizola Baseta, de 42 años, con su novia María Asunción A., quien le ha estado visitando en los últimos años en la cárcel cacereña, según ha podido saber este periódico. Olaizola fue condenado en el 2005 a 75 años de cárcel por el asesinato de un mosso d´Esquadra con un coche-bomba en la localidad de Roses (Girona) en marzo del 2001. El atentado fue perpetrado por el comando Sugoi, al que pertenecía Olaizola, quien fue detenido unos días después del mismo. También tiene una condena de 8 años por pertenencia a banda armada.

El enlace civil se celebró a la una de la tarde en una de las salas de comunicación especial para las familias de la prisión. Para formalizar la celebración se trasladaron al centro el juez y el secretario del Registro Civil. Los dos funcionarios y la familia de él --su madre, dos hermanos y un cuñado-- fueron los únicos testigos del acto, a los que se unió al final un fotógrafo cacereño autorizado por la dirección penitenciaria para inmortalizar a la pareja, incluido el ramo de flores que lució la novia.

A SOLAS CON LA FAMILIA Tras la boda, que duró unos pocos minutos, la dirección del centro permitió al etarra una comunicación de una hora con toda su familia y después otras tres horas, desde las dos a las cinco de la tarde, de vis a vis con la esposa. Una fuente consultada por este diario asegura que la pareja ha firmado separación de bienes para evitar que afecten a la mujer las indemnizaciones que el etarra tiene pendientes (150.000 euros por la muerte del mosso a sus herederos) u otras futuras.

Aitor Olaizola es uno de los siete presos de ETA que acoge la prisión cacereña incluido en el grupo 3 (banda armada) de los FIES (Ficheros Internos de Especial Seguimiento). Lleva en Cáceres más de 5 años, estancia que alterna con traslados a Madrid por causas judiciales.