El Gobierno de Extremadura incluirá en sus presupuestos un dinerillo para realizar la ronda sureste de Cáceres. Como era de esperar, la oposición dice que es una medida electoralista motivada por las elecciones del año próximo y que pretende apoyar a su candidata a alcaldesa. Por otro lado, los palmeros se han apresurado a cantar los beneficios de la tal ronda y el cariño y la dedicación del gobierno para con la ciudad. A mí me parece que ambos colectivos están muy equivocados. Resulta que Cáceres, en palabras de la alcaldesa, es mucho más que una ciudad inteligente, o sea inteligentísima, y sus ciudadanos no digamos, y para no dejarla por mentirosa, los cacereños se han puesto a echar cuentas. La dichosa ronda se presupuesta en cinco ejercicios. Es decir que tardará cuatro años en verse concluida y no en su integridad puesto que solamente se presupuesta una parte, hasta la charca Musia, pues el tramo hasta la carretera de Badajoz ni siquiera tiene fecha, probablemente debido a su longitud, tres kilómetros.

Echemos cuentas. Como la obra se extiende, (lo de se extiende es un decir como se comprobará) a lo largo (otro decir) de cuatro kilómetros aproximadamente calculamos que cada año se realizará un kilómetro. Suponiendo que al año se trabajen trescientos y pocos días debido a vacaciones, mal tiempo, festivos, etc, resulta que cada día se harán tres metros.

Los palmeros nos dirán que los obreros lo harán con mucho mimo y delicadeza para que dure más que las calzadas romanas, mientras que otros suponen que los contratistas van a ser Pepe Goteras y Otilio, porque aquí todo es posible. En definitiva que ni electoralismo ni campanas al vuelo. Lo que parece es que el gobierno o no es inteligente o no quiere que su candidata sea elegida alcaldesa porque si esa es la más brillante de las actuaciones de Monago en Cáceres parece un magro apoyo electoral. Claro que ya puestos pueden utilizar la peatonalización de san Pedro de Alcántara como cartel electoral.