Un día leyendo el periódico me llamó la atención un pequeño anuncio que decía: "Un libro, un café". Venía un teléfono, llamé y fui para apuntarme. De esto hace tres años.

¡Qué bonito amigos! Se trataba de unas tertulias en la biblioteca de Cáceres, con un coordinador al frente porque a veces el libro es complicado. Al llegar, el profesor nos deja que cada uno dé su parecer y luego él nos da una charla. Es admirable oírle. Su nombre es Félix Esteban y ya es como de nuestra familia, le queremos.

Os puedo asegurar que es el día más bonito de la semana. Somos grupos de veinte. Nos reunimos los miércoles a las siete de la tarde. Es precioso. A mí siempre me ha gustado leer, pero esto es otra cosa, es una forma de leer distinta. Te obligas porque luego das tu opinión allí, y si algo no has entendido bien pues entre todos lo aclaramos.

De los compañeros os diré que nos queremos, hay muy buena armonía, vivimos las alegrías y tristezas unidos. Leemos de todo, pero casi siempre bueno, porque tenemos una directora estupenda, M. Jesús, que nos lleva autores extremeños. Es bueno hacer patria y conocer a los nuestros, además de ser estupendos. Ultimamente nos ha llevado a Javier Cercas, Luis Landero, Félix Grande, Justo Vila, Sánchez Adalid... Y al principio leímos a nuestra Dulce Chacón, que se nos fue.

Lo que se aprende es increíble. A veces la directora invita al autor y nos da una charla. Escucharlos de cerca, habiéndolos leído, es maravilloso. Si tenemos el libro, nos lo dedica y lo pasamos francamente bien. También tenemos alguna comida con los demás grupos.

Amigos, yo os animo a leer. Con un libro no se aburre nadie y se tiene la oportunidad de conocer otras culturas, otras costumbres, otros países... Si el libro es bueno y bien escrito, lo vives, te metes en sus personajes, en sus vidas... De verdad, amigos, leed y os cambiará la vida. Fijaros y os cambiará la forma de hablar. Os digo esto porque cuando estéis en una reunión de amigos, os notarán que leéis.

Hace unos días leímos Las aventuras del abuelo Palancas de F. Grande... Fue maravilloso. Trata de tres generaciones que trabajan el vino, las bodegas. Bueno, pues nos enseñó de una manera, diría poética , de saber tomar una copa de vino. Lo explica tan bien que parece que lo estás saboreando, paladeando, parece que notas su olor. Estábamos todos entusiasmados con el libro y, como eso todo, te metes en los personajes de tal forma que te entusiasma la lectura.

También vamos al teatro, a museos, a conferencias, por eso os digo que cuando habléis entre amigos enseguida notarán que sois de un club de lectura.

Mirad, alguien dijo "hay personas que les cuesta trabajo coger un libro... y a otras que les cuesta soltarlo". Seamos nosotros de los que les cuesta soltarlo...