--Dicen que tenía pensado desde siempre dedicarse al arte como profesional...

--Yo diría que sí. Me fui de Cáceres muy joven, en 1994 me marché a vivir a Italia donde empecé a formarme como artista y la verdad iba ya con esa idea, y la cumplí. De hecho, abandoné los estudios que estaba realizando en Filología Inglesa para dedicarme por completo al arte. Fueron muchos años de sacrificio, hasta mi primera exposición en 2002 en Italia, y desde entonces ha sido un no parar. En realidad dedico toda mi vida a esto.

--¿Cuál es el lugar que más le ha inspirado para pintar?

--Me inspiran todos los lugares en los que he estado o que he visitado. Curiosamente cuando llegué a Italia, donde he pasado 16 años de mi vida, me encontré con una explosión de arte y de cultura que alumbró muchísimo mis primeros cuadros. También es verdad que la propia añoranza de España, la esencia de mi tierra, que visité poco durante esos años, me inspiraba. Y ahora que estoy en Cáceres también recuerdo los paisajes de Italia donde vivía, el mar... En definitiva, donde quiera que vaya siempre encuentro la inspiración.

--¿En Italia es más fácil vivir de la pintura que en España?

--No, no creo. Es una cuestión lógicamente de la capacidad, el talento y el entusiasmo que cada uno le pone a lo que hace. Yo personalmente siempre he creído mucho en mí misma. Es quizás la única cosa de la que estoy segura, de mi profesión. Lo que importa es trabajar duro y tener la suerte de que a la gente le guste tu trabajo. Tanto allí como aquí he sentido la satisfacción de comprobar que al público le gusta lo que creo.

--¿Para qué tipo de público pinta? ¿Cree que el arte es sólo para entendidos?

--Tengo todo tipo de experiencias curiosas en esto de la pintura. Quizás la persona entendida en arte pueda apreciar mejor la profundidad de tu trabajo, aunque no tiene por qué. Algunos de mis cuadros los han comprado gente del mundo del arte, coleccionistas, pero otros muchos eran personas más humildes, que simplemente se han enamorado de esa pintura y les encanta aunque no la entiendan por completo. La estética de la obra era lo que les gustaba. En realidad solamente el artista puede tener el cien por cien del significado. El arte es para todo el mundo, y todos los que lo sepan apreciar.

--¿Se sigue sintiendo cacereña a pesar de haber vivido mucho tiempo fuera?

--Siempre, e incluso más aun cuando estaba en tierras italianas. Tampoco me importaba que me definieran como una pintora "ítalo-cacereña", para nada, pero tus raíces siempre tiran mucho y estoy muy feliz de haber aterrizado aquí de nuevo y poder seguir con mi trabajo.

--Si tuviera que elegir tres de sus creaciones...

--Es muy difícil... Por el afecto especial que le tengo me quedaría con mi primera serie, que no tiene nada que ver con lo que hago ahora, es un poco ingenuo incluso. También me quedo con el último cuadro que pinté en Italia, que se titula Adriana y la llave del tiempo . Y uno de los inéditos que estoy realizando para el Louvre y que todavía no tiene título.

--¿Qué le ha supuesto la experiencia de poder exponer sus obras en el Louvre parisino?

--Aparte de la satisfacción de poder decir que he estado en uno de los museos más importantes, el poder repetir. Es muy difícil acceder con galeristas a ese tipo de eventos, y estar en el Louvre era como el sueño imposible que finalmente se cumplió. Y el hecho de que me hayan escogido de nuevo no tiene precio.