Adiós a la condesa de Romanones. Aline Griffith (22 de mayo de 1923, Nueva York) falleció este lunes a los 94 años, según confirmaron ayer fuentes familiares a diversos medios nacionales. La aristócrata mantenía un vínculo muy marcado con Extremadura. Era propietaria de la Finca Pascualete en Trujillo donde desarrolló su actividad empresarial y se dedicó a la producción de quesos. Ya hace dos años, varias portadas pusieron de relieve la frágil salud de la condesa, algo que ella siempre desmintió con sus apariciones temporales en la prensa para confirmar su vitalidad. Estos rumores se recrudecieron en los últimos meses cuando saltó a las portadas de nuevo, esta vez para anunciar su intención de querellarse por la herencia de la prima hermana de su difunto marido y condesa de Torre Arias. El legado de Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, que gestiona la fundación que lleva su nombre, acumula una fortuna de 500 millones y propiedades como el palacio de los Golfines de Abajo.

Griffith llegó a España en plena posguerra. Ejerció de espía para la CIA y se rodeó de la aristocracia, donde conoció a Luis de Figueroa y Pérez de Guzmán el Bueno, conde de Romanones, que más tarde se convirtió en su marido. Tras la muerte de él, ostenta ella el título de condesa. Tuvo tres hijos: Luis, Álvaro y Miguel y fue modelo de Balenciaga. En su círculo de amistades se encontraban Ava Gardner y los duques de Windsor, sobre los que estaba preparando un libro. La capilla ardiente estaba instalada ayer en el centro sanitario San Francisco de Asís.