Vorsevi, sociedad de ingeniería y control de calidad, presentará en unos días el estudio técnico sobre el estado de la cubierta del edificio Embarcadero, en el poblado de Aldea Moret. No obstante, los datos previos ya indican que el proyecto es ejecutable y que las deficiencias detectadas en la estructura son subsanables. Las obras en el interior del edificio llevan más de tres meses de retraso. El pasado enero, por razones de seguridad, se optó por interrumpir los trabajos y llevar a cabo un examen de la cubierta.

El proyecto del edificio Embarcadero es la principal inversión de la iniciativa Urban, con un gasto de cuatro millones en la rehabilitación y transformación de este edificio en un centro formativo, cultural y medioambiental.

La obra empezó el pasado verano, y se eliminaron los muros y paredes del cerramiento perimetral del inmueble, del que se ha conservado el esqueleto y la cubierta. Desde hace unas semanas también se excava en el exterior, junto al edificio, donde se proyecta la ejecución de una torre en la que se emplearán paneles fotovoltaicos, y que es uno de los cuatro edificios que se ejecutarán. Los otros tres se han proyectado en el interior del Embarcadero, cuya planta baja hay que rebajar y vaciar parcialmente.

Durante la limpieza del revestimiento de los muros de la cubierta que conectan la veintena de arcos que forman la estructura del edificio se detectaron deficiencias en el inmueble, principalmente de pérdida de sección de las membranas (hierros) que refuerzan la estructura de la cubierta, defectos, posiblemente causados por el óxido, que serían corregibles. En los últimos meses se han realizado pruebas, con catas, del grosor del hormigón de la cubierta y de la sección de estos hierros.

La presencia de una gran cubierta abovedada es el elemento más atractivo del edificio Embarcadero. En el proyecto, redactado por Enrique Sobejano y Fuensanta Nieto, que son los arquitectos que diseñaron el palacio de congresos de Mérida, se prevé su impermeabilización con la utilización de materiales de caucho que se aplican sobre la misma.

PREOCUPACION La posibilidad de que en la estructura del edificio se detectasen carencias era algo ya apuntado en el proyecto inicial de la intervención. El plan de rehabilitación del edificio Embarcadero, una de las naves que quedan en el poblado minero, es una de las principales inversiones programadas por el ayuntamiento para esta legislatura. Aunque desde el principio se ha confiado en que las deficiencias de la estructura eran corregibles, sí ha habido preocupación por si el proyecto, una de las apuestas del gobierno local, no se pudiese ejecutar o fuese necesaria una mayor inversión.

Desde que en enero se acordó la contratación de los estudios técnicos sobre el estado de conservación del edificio, por parte del gobierno no se ha informado oficialmente sobre cómo va esta intervención, cuya finalización, según se anunció el pasado septiembre, se prevé para el próximo año. La obra se adjudicó a finales del 2003 a Placonsa.