La implantación de la distribuidora de Cepsa pone de manifiesto una vez más la carencia de suelo industrial que sufre la ciudad. El primer destino de Rotruinversiones era Cáceres capital. Durante cinco meses, los responsables de la empresa buscaron sin éxito suelo industrial y al final acabaron en Casar de Cáceres, "donde hemos podido comprar lo que necesitábamos, más barato y con más facilidades", asegura María Teresa Rodríguez.

La empresa sólo necesitaba 2.000 metros cuadrados sin edificar, ya que las bombonas deben estar al aire libre, en jaulas, y sólo se construirá una caseta para un guarda. En Cáceres sólo les ofrecían parcelas de 10.000 metros cuadrados como mínimo sin posibilidad de segregación o, en Malpartida de Cáceres, 12.000 metros con nave. "Además, el suelo era muy caro porque no hay del ayuntamiento, son todas de particulares".