Ricardo José Paredes Frías, de Arroyomolinos de Montánchez, murió el 9 de julio a los 72 años de un cáncer de vejiga después de siete meses de padecimientos físicos y, según su familia, burocráticos en el hospital San Pedro de Alcántara. Una de sus hijas, Manuela Paredes, ha iniciado un proceso para tratar que se investigue la muerte de su padre y si la dilación que sufrieron algunas de las pruebas diagnósticas incidió en ella.

Con este objetivo, ha puesto el caso en manos de los abogados de la Asociación del Defensor del Paciente para que presenten una demanda "si creen que hay base para ello", explicó a este diario Manuela Paredes desde Zaragoza. Esta asociación informó ayer del caso públicamente y anunció que se había solicitado a la consejería que se abriera una investigación. Desde la consejería, en cambio, se aseguró que, al día de ayer, no se tenía constancia de ninguna solicitud o denuncia al respecto. "Solo investigamos si hay denuncia", manifestaron fuentes de la consejería.

RECLAMACION ESCRITA Sin embargo, la familia ya presentó una reclamación fechada el 14 de mayo por "el retraso de más de un mes en la intervención de un proceso maligno de vejiga". De hecho, el Defensor de los Usuarios del Sistema Sanitario Público de Extremadura, José Ramón Hidalgo, firma una respuesta a esta reclamación, con fecha del 15 de mayo y registro de salida del día 19, en la que se informa a la familia que se dará curso de la misma a la Gerencia del Area de Cáceres.

El "calvario" de Ricardo José Paredes y su familia, como lo califica su hija, comenzó a finales de noviembre. El hombre empezó a orinar sangre y coágulos. Tras varias visitas a urgencias, ingresó el 8 de enero y se le diagnosticó pólipos en la vejiga. Le iban a poner en lista de espera para ser operado, pero finalmente se le hizo un hueco y fue intervenido el 24, según el relato que hace la hija.

Se informó a la familia que la zona estaba "bastante limpia" pero que, aún así, había que hacer un TAC para corroborarlo, que se le realizó el 21 de febrero. Esperó los resultados de esta prueba con fuertes dolores hasta el 3 de abril. El TAC reveló la necesidad de extirpar la vejiga por el avance de la enfermedad. Hasta el 12 de junio --"estaba preferente en la lista de espera"-- no lo operaron y comprobaron entonces que el cáncer se había extendido irremediablemente.

LA OPINION DE LA FAMILIA "Mi padre estuvo todo este tiempo sin ningún tipo de medicación que impidiera el avance de la enfermedad. Ha sido como atropellarlo y dejarlo abandonado en la cuneta. Era un hombre fuerte y se lo han dejado morir", lamenta su hija quien, eso sí, no duda en agradecer las atenciones y el apoyo recibidos en el centro de salud de Alcuéscar.

Ricardo José Paredes regresó hace 15 años a su pueblo para vivir la jubilación tras treinta años de trabajo en la planta de la Seat en Cataluña, adonde tuvo que emigrar. En Arroyomolinos de Montánchez viven su viuda y otra de sus hijas.