A pesar de que el alzhéimer es considerada ya la enfermedad del siglo XXI, muchos de los afectados no cuentan con los medios necesarios para afrontarla, según señala la Asociación de familiares de Enfermos de Alzhéimer de Cáceres (Alzhei Cáceres) que reconoce que en las zonas rurales las familias soportan muchas dificultades añadidas porque, salvo que el pueblo tenga centro de día, los enfermos no cuentan con asistencia especializada. Cerca de 5.400 personas en la provincia de Cáceres padecen la enfermedad, según los datos que maneja la asociación regional Afaex y que están basados en los estudios epidemiológicos que apuntan a una prevalencia de 1´3 casos por cada 100 habitantes en todo el país. De ellos, y según estas estimaciones, el 45% --2.454 enfermos-- residen en núcleos de menos de 5.000 habitantes.

"En las zonas rurales lo normal es que no haya centros de día, con lo que la familia solo cuenta con el servicio de ayuda a domicilio del ayuntamiento, que es escaso y no está especializado", señaló a este diario la coordinadora de Alzhei Cáceres, Marisa Hernández, que reconoce que en los pequeños municipios este tipo de enfermos "salen perdiendo", aunque la ley de dependencia haya supuesto mejoras.

Así, la provincia de Cáceres solo cuenta con ocho centros de día --seis de ellos privados o municipales--, con capacidad para 159 enfermos con cualquier tipo de demencias. Cuatro se encuentran en Cáceres y Plasencia, y los restantes en Casar de Cáceres, Malpartida de Cáceres, Coria y Torrejoncillo, centros que son insuficientes para los colectivos de familiares de estos enfermos.

La asociación lleva más de una década de andadura en la que reconocen que se han producido avances significativos en cuanto al tratamiento de una enfermedad todavía sin cura. En cuanto a la incidencia, la coordinadora de Alzhei considera que "es difícil evaluar si se ha incrementado o no, pero sí se puede afirmar que han aumentado los diagnósticos y que estos se producen ahora en un estadio más temprano". De los 80 años de media se pasa a los 60 años.

DE ANCIANO A NIÑO Los especialistas distinguen distintas etapas en la enfermedad según se produce la pérdida de capacidades físicas e intelectuales. La primera se corresponde con la adolescencia, mientras que en la última fase el enfermo conservaría las capacidades de un niño de dos años. A medida que avanza el alzhéimer, se incrementa la carga sobre la familia.

Así, la fase inicial es en la que los enfermos necesitan es vigilancia porque son capaces de hacer las cosas por sí mismos, pero empiezan a aparecer déficits. En ese momento, el familiar más próximo tiene que estar pendiente cuestiones como que se vista bien o se tome la pastilla.

En una segunda fase, los problemas en la memoria inmediata se acentúan y la desorientación en el espacio y el tiempo son mayores, lo que incrementa la carga sobre el familiar, que empieza a asumir las actividades diarias que el enfermo no puede hacer: vestirse, asearse, salir a la calle. En la tercera fase el enfermo de alzhéimer depende por completo de los demás.

Además de la asociación cacereña, existen otras vinculadas a la Federación Extremeña de Alzhéimer que atienden las necesidades de los enfermos en otros puntos de la provincia como Plasencia, Coria, Navalmoral de la Mata, Hervás y ahora en la comarca de Montánchez, en la que un grupo de familiares de enfermos acaban de constituir la asociación con el propósito de llegar a crea un centro de día en la zona. Este colectivo se constituyó hace apenas dos meses porque "los enfermos de esta zona no cuentan con más apoyo que el que nos prestan en el ambulatorio, pero no es suficiente, están abandonados como es norma general en el mundo rural", señaló el presidente del colectivo, Alvaro Merino, que ha iniciado una ruta con charlas informativas por los pueblos de la zona para dar a conocer la asociación. Mientras tanto comenzará a trabajar con los familiares una educadora social a la que podría sumarse después un psicólogo.