La Compañía Z Teatro/Zircus Animación de Extremadura hace una adaptación de la comedia que une teatro y circo, música en directo y letrillas cantadas, tres cómicos de la lengua Javier Rosado, Juan Carlos Rey y Javier Uriarte, atrapados en cepos, hacen un recorrido por su vida, obligados por los designios de un adivino que les anuncia la necesidad de juntarse para contar la situación de España. Con algo de osadía, esta adaptación está a cargo del también actor y director Javier Uriarte, que se desenvolvió en un montaje nada fácil y con medios escenográficos y de attrezzo.

Presentó una comedia que juega al enredo de situaciones a través de unos personajes muy dinámicos y bien construidos, pero con mucha astucia y pericia en su forma de concebir la carpintería teatral bastante activa y circense. Todo el espectáculo busca y encuentra que el público disfrute de esa dinámica sucesión de números donde los personajes se van presentando y se mantienen en sus roles. Todo el humor que hay en los gags de los personajes es de trazo grueso, bromas repetidas causando la divertida sensación de bucle, una crítica hacia la actual España, con los recursos circenses. Con personajes libres sin utilizar la parodia, sin ninguna referencia, la música tomó también un protagonismo dentro de lagunas escenas a nivel global.

Es una propuesta interesante, bien contada, una crítica a los propios bufones dentro de ese conjunto de bufonadas. Se ve muy interesante y curioso. Hay elementos que están bien utilizados, cosas bastante sencillas, rompiendo la cuarta pared e involucrando al público dentro de la obra, con un mensaje muy positivo, con un texto muy adaptado hacia un público variable, una comedia de una hora que el público disfrutó, cumpliendo con la difícil tarea de hacer reír. Creo que asistimos a una buena puesta en escena circense, hacia una crítica latente y humorística.